Entre el Cielo y El Infierno en la Trastienda: Nueva vida

Los ex Rata Blanca logran resignificar un disco que parecía olvidado.

Uno podría suponer que cuando se revisita un disco, principalmente lo que se intenta es tratar de reproducirlo casi obsesivamente de la manera como fue concebido. La noticia que los autodenominados “Entre El Cielo y El Infierno” (Gustavo Rowek en batería, Sergio Berdichevsky en guitarra líder, Mario Ian en voces, Javier Retamozo en teclado, José Velocet en guitarra rítmica y Walter Scasso en bajo) están lejos de plantearse ese objetivo, porque detrás de este proyecto que los une (revisitar “Entre El Cielo y el Infierno” lo que podría denominarse el disco perdido de Rata Blanca) la idea es celebrar, divertirse y hacer nuevas canciones.


En este contexto un lindo escenario como el de La Trastienda sirvió de contexto para que el grupo siguiera presentando sus canciones y estrenara un nuevo tema. Con una visible buena onda entre ellos y con el público (con algunos chistes sobre el escenario e incluso con gestos de buena onda con los que habían venido a verlos), la sensación es que el sexteto se tomó en serio la idea de apropiarse de las canciones. Más allá de algún inconveniente en el retorno al principio que fastidió algunos segundos a Mario Ian, el sonido a lo largo de la noche estuvo cerca de la perfección y en este punto escuchar estas canciones en vivo permite encontrarse con una nueva interpretación de las mismas.


Si bien no descubrimos nada al decir que todos los músicos en el escenario han tenido y tienen un interesante recorrido en el heavy metal local, verlos en vivo y en conjunto da la pauta de cuanto oficio y aplomo han adquirido a lo largo del tiempo, algo que se ve con claridad en la soltura y en la manera de moverse sobre el escenario. En este sentido lo que más asombra al escuchar las canciones en vivo, es el desempeño de Sergio Berdichevsky que se encarga sin problemas de reinterpretar a su modo las canciones compuestas en parte y ejecutadas casi en su totalidad por Giardino. Con una sonrisa permanente, le dio a cada canción su impronta con un buen gusto y soltura admirables, algo que en Rata Blanca le estaba vedado por la presencia de Walter Giardino como guitarra líder. Con una libertad admirable comandó varios de los momentos más intensos del show como por ejemplo, el solo blusero que aportó a “Máquina”, la versión extendida de “Patria” con “Aurora” en el medio, o la potencia riffera de “Bajo Control” y “En el bajo Flores”, dándole nueva vida a las canciones en una actuación sencillamente sorprendente.


Algo similar pasó con Javier Retamozo quien en la mezcla en vivo tuvo la posibilidad de mostrar toda su capacidad para generar climas y atmósferas desde los teclados, dándole un matiz a algunas canciones que tal vez en el disco se escuchan muy sutilmente, dándole por ejemplo dramatismo a “Máquina” o incluso generando un clima de balada estilo Ozzy Osbourne en “Fantasma Azul” que tal vez en las grabaciones pasaban desapercibidas.


El desempeño de Mario Ian, obviamente exigido por la necesidad de cantar canciones escritas hace casi treinta años, también tuvo nueva vida gracias al oficio que mostró a lo largo del show. Más allá de que al final del show (con “Bajo Control”) lució lógicamente vocalmente cansado tuvo momentos de alto vuelo a lo largo del mismo, en especial en su interpretación con aires orientales en “Jerusalem”, en la fuerza que le puso a la épica “Patria” y en la sensibilidad que le impregno a las baladas “Sin tu amor nada existe” (una especie “Mujer Amante” mala onda dijo entre risas) y en “Fantasma Azul” donde logró interpretar la tristeza y melancolía de la canción, dándole a cada tema su particular timbre de voz en una actuación tan exigente como atrapante.


Tras los parches Gustavo Rowek tuvo una actuación sólida sostenida en ese pequeño trío rítmico que construyó con Walter Scasso y José Velocet. Cada quien supo aportar lo necesario para que las canciones brillaran en especial, las que necesitaron mayor pesadez o velocidad como “Basura” y “Agord la bruja” del EP “El Libro Oculto” no grabado por Mario Ian pero si presentado por el en una gira por Europa. En esos momentos y tal vez en otros más sutiles como en la ya mencionada “Sin tu amor…” cada uno de los tres demostró su oficio y el disfrute a la hora de tocar las canciones.


Una canción nueva “Enviados” que Mario Ian presentó como una referencia a “la ideología que nos tienen enceguecidos y no deja ser quien somos” fue el único estreno de la noche presagiando un pronto nuevo disco y dejando que el sexteto seguramente volverá para mostrar nuevas canciones. Las que sonaron durante la noche fueron indudablemente suyas.

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