«Sepulquarta”: Una nueva banda

“Sepulquarta” nace de la idea de Sepultura de realizar un encuentro semanal los miércoles (Quarta-feria es miércoles en portugués) online para acercarse a los fans e interpretar algunas canciones de la discografía con colegas de todas partes del mundo. Con un evidente objetivo de vencer a la pandemia; lo que en un primer momento fue un encuentro vía streaming se convirtió en un disco en vivo que resulta un interesante mix entre la etapa con los hermanos Cavalera y esta etapa que ya tiene 12 discos editados (exactamente el doble de los que habían sacado cuando Max e Iggor eran parte del grupo).

Es claro que en los últimos años Sepultura viene levantando la puntería y el muy recomendable “Quadra” su último disco de estudio lanzado en 2020 da la pauta de que la banda a esta altura sabe dónde ubicarse para hacer buenas canciones. La gran responsabilidad para que esto suceda es doble: por un lado es difícil criticar a Andreas Kisser si uno revisita su valor como músico y también como aquel que se empecinó en que Sepultura siguiera con vida. Con aciertos y errores (discos buenos y no tan buenos) hoy por hoy es un referente a la hora de nombrar un thrash metal moderno sin perder de vista que su manera de tocar ha evolucionado de manera considerable. A su lado aparece el gran gol que han metido los brasileros desde hace 10 años, la incorporación de Eloy Casagrande un baterista de 30 años que le imprimió y le imprime a la banda una sonoridad nueva, moderna, técnica, musical y extrema con una seguridad y un desempeño tan sólido que nadie piensa en que Iggor ya no está tan los parches. Seguramente mucho de esto se deba a que desde el principio Andreas y Eloy armaron una dupla creativa que con los años fue generando un conocimiento y una confianza que terminó por dar resultados con el tiempo cada vez mejores.

En este contexto no es descabellado decir que todo lo bueno de «Sepulquarta» se debe a los momentos en que Andreas y Eloy juntos o separados aportan su sonoridad a las canciones. Con un sonido crudo y honesto (se nota que las canciones no tienen ningún tipo de aditamentos de postproducción) lo interesante de la elección de las canciones es que permiten sintetizar todas las etapas de Sepultura, sin esperar todo el tiempo escuchar aquellas canciones que se encuentran hasta la época de “Roots” inclusive. Es más un interesante ejercicio es olvidarse de eso y tratar de pensar a la banda como una propuesta nueva (lo cual para muchos puede ser cierto si pensamos que una gran cantidad de público le dio la espalda a la era post Max). Si quien escucha incorpora esto que decimos se va a encontrar que los momentos más interesantes suceden cuando la banda le da nueva vida a las canciones en función de la presencia de cada invitado. Mucho de eso sucede en canciones como “Sepulnation” que tiene un groove y una onda increíble gracias a la presencia hardrockera de Danko Jones o en la otra vereda “Hatred Aside” en una versión a cuatro voces con las brasileras Angélica Burns, Mayara Puertas y Fernanda Lira que es sencillamente fenomenal porque le da a la voz un matiz extremo impensado. Más tarde “Mask” con Devin Townsend es tocada a una velocidad imposible y es otro de los momentos que dan cuenta de la complejidad de las canciones al punto de que el siempre gracioso de Devin termina graciosamente “quejándose” de la exigencia.

Desde el punto de la faceta más experimental tres canciones cobran vuelo propio: por un lado “Fear, Pain, Chaos, Suffering” que con la presencia de Emmily Barreto encuentra una versión bien rara y climática. Las otras dos “Ratamahatta” y “Kaiowas”, las cuales con sutilezas hablan el mismo idioma. La primera tiene una descomunal versión a tres baterías con Eloy, Joao Barone de Os Paralamas Charles Gavin de Titas que muestran todo el adn percusivo brasilero. La otra tiene la presencia de Rafael Bittencourt tocada estupendamente por un guitarrista que ha demostrado todo su buen gusto en sus años como guitarrista de Angra.

Más allá que el resto de las canciones funcionen muy bien y que haya invitados como Scott Ian, Dave Ellefson (pre escándalo), Alex Skolnick y Phil Campbell entre otros, la sensación es que en las mencionadas la banda muestra su cara más original en «SepulQuarta». Como dato de color llama la atención como la voz de Derrick Green por momentos está demasiado debajo en la mezcla o con demasiados efectos para sostenerse. Sin ser un cantante versátil su desempeño es convincente en las canciones que le permiten mostrar su cara más agresiva.

La conclusión final sobre «Sepulquarta» tranquilamente podría relacionarse con la ilustración que los brasileros eligieron para la tapa. A pesar de que los creían muertos hay vida para ellos. Esta última etapa se encarga de demostrarlo. Premio a la constancia y a no darse por muertos. No es poco.