SEVEN SPIRES: dioses del desenfreno

Seven Spires – Gods of Debauchery
Fecha de lanzamiento: 10 de setiembre, 2021
Sello: Frontiers Records
País: Estados Unidos
Género: Symphonic Metal
Tracklist:
1 – Wanderer’s Prayer
2 – Gods of Debauchery
3 – The Cursed Muse
4 – Ghost of Yesterday
5 – Lightbringer
6 – Echoes of Eternity
7 – Shadow on an Endless Sea
8 – Dare to Live
9 – In Sickness, in Health
10 – This God Is Dead
11 – Oceans of Times
12 – The Unforgotten Name
13 – Gods Amongst Men
14 – Dreamchaser
15 – Through Lifetimes
16 – Fall with Me

En este review semanal me voy a ocupar de desglosar el nuevo disco de la banda estadounidense Seven Spires, “Gods of Debauchery”, recién lanzado a las plataformas hoy mismo, 10 de setiembre del 2021.

Con total honestidad debo admitir, que Seven Spires no me resultaba un nombre muy conocido, y que a la fecha, solamente había escuchado un par de temas de su disco “Emerald Sea”, editado en 2020, temas que rápidamente cayeron en el olvido por estar en medio de un playlist donde otras bandas me llamaron más la atención.

Me reencontré con la música de la banda este año, con uno de sus adelantos para “Gods of Debauchery”, y me encontré con algo que no suelo esperar cuando busco bandas para reseñar y que para mi es primordial en la música: frescura.

Y no es una frescura particularmente nueva, sino una frescura que vienen exhibiendo desde su disco debut, “Solveig”, del año 2017.

Preparándome para este nuevo disco, escuché tanto “Solveig” como “Emerald Seas”, por lo que mis expectativas para este “Gods of Debauchery” eran bastante altas. Comparto con ustedes en las siguientes líneas mi parecer.

“Wanderer’s Prayer” abre el disco como una introducción misteriosa a la canción epónima, “Gods of Debauchery”, que fuera elegido para la realización de un videoclip.

Buen build up entre arreglos de teclado y melodía de guitarra, que llevan a un riff veloz, también acompañado con teclados, donde se apoya la voz de la vocalista Adrienne Cowan, que opta por los guturales más rasposos. Apartado de los solos bastante contenido de parte del guitarrista Jack Kosto. Sin lugar a dudas una perfecta carta de presentación para el álbum.

La atmósfera de oscuridad se refuerza con “The Cursed Muse”, otra canción veloz, contundente en el apartado instrumental gracias a la batería de Chris Dovas, el bajo de Peter Albert de Reyna y la guitarra de Kosto. Aquí entra en juego una de las mejores bazas de la banda: el hecho de que Cowan se maneja con comodidad tanto con voces guturales como con voces limpias.

No es algo particularmente nuevo, o que no se haya visto en otras bandas, pero la realidad es que ese complemento suena y funciona lo suficientemente bien como para resaltarlo para quienes no conozcan la banda. Tanto en “Solveig” como en “Emerald Seas” es un recurso bastante utilizado con particular efectividad, dotando a la propuesta de una identidad sólida.

Con “Ghost of Yesterday” vamos a un terreno un poco más conocido. Metal sinfónico de rítmica directa, arreglos de cuerdas que generan una atmósfera interesante, estribillo con bastante gancho y Cowan haciendo gala de la voz limpia y clara hasta la mitad de la canción donde cambia a un estilo más agresivo. Buen trabajo a nivel de solos, funcionales a la canción, nada de despliegues guitarheroisticos innecesarios.

Otra de las canciones elegidas para ser adelanto del disco en formato de videoclip es “Lightbringer”. Con una impronta que podríamos asociar más al formato más comercial y popero, un poco del mismo que algunos en su momento le criticaron a Amaranthe, resulta directo y entretenido, durando tan solo tres minutos. En vivo seguro funciona. Cuenta además con la participación de la cantante Casey Lee Williams, conocida por su participación en la banda sonora del proyecto multimedia RWBY.

“Echoes of Eternity” opta por una presentación más cercana al power metal sinfónico. Voces limpias en varias, acompañadas también de un punto de guturales en versos donde la batería es aplastante y la guitarra se conforma con estructuras más simples. Directo y funcional.

“Shadow on an Endless Sea” comienza con un ambiente lluvioso que lleva directo a un pasaje instrumental a puro blast beat acompañado de una orquestación y melodía de guitarra. En los versos domina la voz gutural acompañada por los teclados, aunque no tarda en aparecer la voz limpia para actuar como contraste de forma muy lograda. Transmite muy bien la intensidad y la emoción. Puntos extra por la teatralidad.

Si bien comienza con melodías de teclado y guitarra, “Dare to Live” no tarda en ir a terrenos más pesados instrumentalmente, nuevamente con Cowan que comienza gutural en los versos y pasa a voz limpia en el puente y el estribillo. Se nota mucho la contundencia en la mezcla, particularmente en el rol del bajo y la batería.

“In Sickness, In Health” comienza bajando la velocidad y la intensidad en el estratégico punto medio del tracklist. Si bien los versos carecen de guitarra distorsionada y se perfila como un tema de tinte baladezco, crece en fuerza a nivel instrumental en los estribillos, sumando un poco de tensión con capa de voz guturales hacia el último tercio de la canción.

La canción más larga del disco, “This God is Dead” cuenta con un invitado de lujo como lo es el vocalista Roy Khan (ex-Kamelot). El tema no tarda en acelerar tras una introducción de coro, entrando en juego los versos de voz limpia de Cowan. Buenos pasajes a nivel instrumental. De Khan no hay mucho que decir, quienes conocemos su trabajo en Kamelot sabemos de la calidad de su voz. Funciona muy bien como complemento de Cowan en esta canción.

Pasando del primer al segundo tercio de canción hay un buen cambio de ritmo, que baja un poco la intensidad y le da más protagonismo a Cowan, acompañada solamente por batería y bajo, que alterna con guturales. Los cambios entre pasajes aportan variedad y teatralidad mientras la canción crece gutural mediante hasta el tramo final, donde nuevamente Cowan y Khan trabajan a dúo.

“Oceans of Time” es power metal destilado, puro y duro. Muy disfrutable, bastante veloz, con buenos contrastes entre la voz limpia y la gutural y versos donde la guitarra y el bajo funcionan de forma interesante. El estribillo es todo lo que se puede esperar a nivel de melodía vocal e instrumentación en una canción del estilo. Tiene que ir derechito al setlist en vivo, es de lo mejor del disco.

Ocupando el número doce en el tracklist, “The Unforgotten Name” tiene momentos más lentos acompañados por guitarra limpia y violines, que alternan y contrastan con las voces guturales y un estribillo de voz limpia con batería a full doble bombo. En esta canción colabora el vocalista Jon Pyres, de la banda Threads of Fate, que tiene buenos momentos a dúo con Cowan. El solo de guitarra es 100% power metal.

Entrando en el tramo final del disco, “Gods Amongst Men” nos devuelve a la canción de atmósfera más oscura y voces guturales y agresivas. Un tema pesado, contundente y teatral, que se presta para el headbanging y posiblemente se cuele en el setlist para los shows en vivo.

En “Dreamchaser” utilizan nuevamente elementos más cercanos a un black metal sinfónico sobretodo en batería y teclado en el inicio. La pugna constante entre los guturales y las voces limpias sigue fucionando a nivel de contraste. Interesante a nivel de solos de guitarra. Continuista con la propuesta del disco.

“Through Lifetimes” es por la mayor parte de sus cuatro minutos instrumental e incorpora varios elementos orquestales que generan un ambiente bastante épico, incluyendo una sección de voces a la mitad, que le añade una cuota de misterio y teatralidad, llevando directo a “Fall with Me”, canción que cierra el disco.

“Fall with Me” comienza lento, dominada por el piano, strings y la voz limpia. Un verdadero soplo de aire fresco tras un disco que se siente bastante como una montaña rusa. Por su instrumentación y el trabajo vocal, podríamos decir en un principio que estamos ante la balada del disco, una jugada arriesgada a la hora de cerrar. Sin embargo, agarra vuelo hacia el final con bastante pompa, destacando Cowan nuevamente por el encare vocal de este tema. Una forma interesante y atractiva de poner punto final al álbum.

Dieciseis canciones y casi setenta y ocho minutos dura este “Gods of Debauchery”, algo que puede no ser atractivo para todo el mundo. No muchas bandas se la juegan con un disco tan largo, pero Seven Spires lo hace rendir con una mezcla efectiva de elementos de varios estilos.

Principalmente tenemos metal sinfónico, pero se mezcla muy bien con elementos del power y del black a nivel de batería por ejemplo. Es destacable también el trabajo en la mezcla, que es bastante balanceada, aunque en ocasiones suele otorgar tal vez demasiado poder a la batería, pero que no cansa en ningún momento y tiene la bondad de dar mayor participación a un bajo bastante elaborado para el estilo. La banda suena compacta y potente.

Por supuesto, los vocalistas suelen ser prácticamente los protagonistas de los discos, y muchas veces hacen la diferencia entre que un álbum sea “bueno” o “malo”. La labor de Adrienne Cowan es más que destacable a nivel de grabación del disco, haciendo gala de rangos y matices que le dan un condimento extra a las canciones.

“Gods of Debauchery” está a la altura de la barra de calidad que la banda planteó con sus trabajos anteriores a nivel de composición, y me atrevo a asegurar de que lo han llevado hasta un poco más allá a nivel de espectacularidad y color. Indudablemente es un disco que puedo recomendar al 100% y estoy seguro de que posiblemente sea candidato a uno de los mejores discos del año.

Lineup:

Adrienne Cowan (Voz)

Jack Kosto (Guitarra)

Peter Albert de Reyna (Bajo)

Chris Dovas (Batería)

Invitados:

Casey Lee Williams (Voz en track 5)

David Åkesson (Voces extra en tracks 1, 2, 4, 6, 8, 10, 13, 14)

Roy Khan (Voz en track 10

Jon Pyres (Voz en track 12)

Sitio Oficial: https://sevenspiresband.com/

Facebook: https://www.facebook.com/sevenspiresband

Instagram: https://www.instagram.com/sevenspiresband/?hl=en

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