CRYSTAL GATES: Tormento y Maravilla

La review de esta semana tiene un sabor especial, ya que músicos uruguayos son los protagonistas de la reseña.

Crystal Gates se formó en Montevideo, Uruguay en el año 2013, aunque hoy en día se encuentra basada en Latvia, donde reside el guitarrista Benjamín Machín. Tras una primer entrega conformada por el EP “A Quest For Life” en 2015, la banda lanza su disco debut el próximo 29 de julio.

El álbum, titulado “Torment and Wonder: The Ways of the Lonely Ones” está dividido en diez canciones de metal sinfónico que van a llamar la atención de los amantes del género y por qué no de otros que le den una oportunidad al material de la banda.

Tras siete años, “Torment and Wonder: The Ways of the Lonely Ones” constituye una evolución indiscutible para la banda a nivel de sonido y producción, dando a luz a un resultado más que merecido después de que “A Quest For Life” dejara patente una dirección artística sólida que sufría algunas decisiones de mezcla que relegaban a un segundo plano a la voz de la vocalista Carolina Pérez. Con el trabajo de Seeb Leverman (Orden Ogan) detrás de los faders, el sonido se lleva a un merecido mejor nivel.

“The Ways of the Lonely Ones”, narración mediante y posterior pasaje instrumental, funciona como introducción para “My Glorious Fall”, el corte difusión con el que la banda daba un primer vistazo al disco con un sonido mucho más potente, veloz y cargado de acompañamientos y arreglos de teclado.

La siguiente canción, “Alive For the Journey” baja un poco la velocidad, gozando de un estribillo más claro, con bastante gancho y variedad en los solos de guitarra y teclado.

Carolina toma más protagonismo en los versos iniciales de “A Lonely Dreamer’s Wish”, acompañada por teclado, batería y bajo, entrando la guitarra un poco más tarde para sumar peso a la mezcla.

En contraste con lo que suele suceder con varias bandas de metal sinfónico, en Crystal Gates los arregos y solos de guitarra propios de una vertiente más power están a la orden del día, dando un poco más de profundidad a las canciones.

Cruzando la marca de los siete minutos, “The Stars Temple” entra en un terreno teatralmente más complejo, con la melodía de teclados marcando la pauta junto a Carolina, mientras que las guitarras rítmicas se van a un punto más agresivo y pesado. Entre pasajes donde los teclados son referencia casi que absoluta sobre la base fuerte de teclados, versos y puentes, se van los siete minutos como si nada.

El piano y el teclado en plan orquesta son la carta de presentación de “Moonshine & Sorrow”, cuyo estribillo se apoya sobre una base sólida bien acompañada de la atmósfera sinfónica. Con un planteo más usual dentro del género y la carga adecuada de guitarra, mantiene la propuesta del disco con una dosis de frescura.

“Winter Ghost” se apoya en la guitarra en su introducción con herencia clara del power metal europeo y si bien vuelve al entorno sinfónico no pierde fuerza en ningún momento gracias a su velocidad y grandilocuencia en los estribillos.

“Nightmares” resulta continuista en el planteo más apoyado en la labor de la guitarra, incluyendo solos vertiginosos en ida y vuelta con solos de teclado de sonido más modernoso, que deja lado un poco la sobrecarga propia del metal sinfónico. Dentro del coherente planteo del disco se aprecia la variedad.

Llegando al final, “Soul of Rain” nos devuelve al terreno más adornado por los teclados con gran efecto y gozando de un estribillo llegador al igual que de guitarras más afiladas.

El punto más ambicioso del disco es sin dudas “Torment and Wonder”, que constituye ese comienzo/fin que hace juego con el título del disco y la introducción.

Nuevamente la narración se coloca como antecesor de un comienzo por todo lo alto a nivel grandilocuencia orquestal. La energía de la canción ya la diferencia del resto del disco así como su propuesta más extensa, de exactamente doce minutos de duración.

Como todo cierre largo, constituye un desafío a nivel frescura y composición. Con los tiempos bien administrados, entre pasajes instrumentales cargados, versos y una sección muy interesante, pesada, teatral con coros incluidos hacia la mitad, “Torment and Wonder” resulta exitosa en su planteo. Dato no menor, el trabajo a nivel de coros está liderado por la vocalista Elisa C. Martin.

La tendencia teatral propia de las canciones más complejas se mantiene también durante su segunda mitad, bien adornada con melodías, coros y solos que no tienen nada que envidiarle a otras bandas de marcada tendencia power. En ese ida y vuelta se encamina con soltura hacia el estribillo final y posterior outro orquestal que permite bajar la intensidad dando punto final de forma sobresaliente al álbum.

“Torment and Wonder: The Ways of the Lonely Ones” constituye una grata sorpresa entrada la mitad del año, con canciones variadas dentro del estilo sinfónico, que hacen alarde de buen sonido y producción y que no dejarán indiferentes a los seguidores del género. Sin lugar a dudas este disco debut merece ser escuchado.

Lineup:

Carolina Pérez (Voz)

Benjamín Machín (Guitarra)

Juan José Leyton (Teclado)

Guillermo Albano (Bajo)

Gastón Lorenzo (Batería)