ANTIGAMA – Progresión del Grindcore

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Hay que estar preparado mentalmente y hasta físicamente para adentrarse en el mundo del Grindcore, ya que puede resultar sencillo caer en lo chabacano y pelotudo, en el prejuicio rápido y la pérdida de interés solamente por no estar capacitado para analizar con frialdad lo que es el Grindcore, algo mucho pero mucho más allá de una de las máximas expresiones artistas en cuanto a violencia.

No vamos a hacerle un repaso a como surgió todo porque esto se extendería a un libro, y no es la idea de aburrir al lector sino todo lo contrario; por ende le mencionamos a uno de los exponentes más «amigables» del Grind «moderno».

Este puede ser el portón de ingreso hacia ese mundo magnífico repleto de agresividad sónica y explosiva pasión, de la energía pura y la contundencia, de la crítica sostenida y la expresión de odio más popular del Heavy Metal, y uno de esos exponentes es Antigama.

Antigama fue formado en Polonia a mediados del 2000 y cuenta en su haber 8 discos, siendo para remarcar el estupendo «Resonance» del 2007 que, fue el quiebre del grupo hacia un sonido producido alejado de la suciedad innecesaria en la producción.

En este 2022 nos brindan una obra que lleva la evolución un paso más allá, absorbiendo la complejidad que parece algo genético de los Polacos y llevándola a composiciones poco rectas, amorfas en el buen sentido, variadas al punto de brindar el máximo entretenimiento al espectador.

El compromiso es claro aquí, dejar extasiado al oyente con esta dosis de música extrema y visceral, pero a su vez dejarlo impactado por las composiciones que salen de la regla, ya que todo está ejecutado con tal intensidad que puede marear a quien está desprevenido.

Todo comienza con «Undeterminated» el riff rígido que con sus compases extraños se mantiene en lo alto mientras la batería comienza a tomar rumbos extraños, no esperados, que llaman la atención porque podrían haberlo hecho más «digerible», y por fortuna no es el caso. Es llamativamente raro.

«Debt Pool» va enganchado como vagón de tren bala, sin respiro, sin el medio segundo para recuperar el aliento. Donde la guitarra nuevamente parece que es un eco eterno al borde de la cacofónia, pero que en lo profundo guarda una simetría admirable para con el resto de los instrumentos. De las piezas más uniformes y monolíticas en cuanto a creación/destrucción que tiene este álbum.

La necesaria cuota de las raíces Grind llega con «Holy Land» su groove y gancho que podrían brindarle al oyente algún recuerdo a Napalm Death. Mucho gancho pero también elementos progresivos, comportamiento que difícilmente pueda ser encontrado en discos de esta línea. «Dust Farm» quizás es de las piezas con menor vuelo creativo pero que no se puede tildar de básica ni mucho menos.

Lo que vamos absorbiendo en este álbum es que, con notorio éxito, Antigama está llevando su producción musical a composiciones de las más elaboradas dentro del movimiento, porque no es para nada sencillo encontrar la cantidad de variantes, de riffs, de pasajes vocales que mezclan voces, las bases rítmicas de percusión que van desde el gravity Blast hasta cortes thrasheros, todo esto a VELOCIDADES CASI INHUMANAS! Todo un mérito!

«Align» tiene un leve timbre que le puede brindar al oyente la memoria de pasos a lo Thrash Metal de los 90s con su impronta agresiva pero simple, similar en «Muteness» y «The Howler» que tiene como emblema lo primitivo en el riff y lo evolucionado en la percusión.

Cerrando el álbum la pieza con mayor cantidad de calma «2222» (calma me refiero a 3 segundos de introducción, el resto es caos) con los riffs más entreverados y mezclados de todo el disco, una belleza total!!!

Quizás usted, amigo/a que lee está hermosa web, no está familiarizado con el Grind, y permítame invitarlo con este álbum, que es de los mejores que haya escuchado en estos últimos 5 años. Además recomendarle escuchar Nasum, Mumakil y Fuck the Facts que llevan también está bandera de lo no convencional del Grindcore.