Bréa Extreme Fest en Uniclub: La fuerza de lo extremo.

BELPHEGOR, KRISIUN, NERVOCHAOS, CRYPTA y AGAINST en Buenos Aires, 1 de junio 2022

La idea de un festival indudablemente permite encontrar diferencias y similitudes entre las bandas que participan y eso tal vez sea uno de los atractivos a la hora de encontrarse con cinco bandas en el escenario, con cinco sets que propusieron algunos cruces y se distinguieron en cuanto a sonoridad y concepto sonoro en la mayoría de los casos. Un Uniclub colmado fue el escenario de un festival que dejó ver un interesante contraste de estilos que giraron sobre lo extremo.

Los Against abrieron la tarde noche con lo que tal vez sea la propuesta más diferente respecto a lo que veríamos más tarde, principalmente porque la música extrema funciona en ellos como un recurso que complementa sus canciones, mientras que para el resto de las bandas fue la base de su sonido. Como muestra simbólica que permite imaginarse lo que decimos, las remeras que eligieron los guitarristas Sebastián Radrizzani (Machine Head “Burn my Eyes”) e Iván Monastirsky (Dissection “Storm of the light’s bane”) que además se repartieron las voces, pueden tranquilamente simbolizar esa interacción entre los noventas y cierta velocidad frenética que jamás pierde el sentido de melodía. Con una estructura de canción donde el groove es preponderante (por ejemplo “La Sangre de los nuestros” con la que abrieron el set de seis temas o “Contra” con el que cerraron), el cuarteto no dudó en ningún momento en emprender sonoridades más extremas en vivo que los acercaron al death melódico (“La Marcha del Auca” o “El Guara”). Las seis canciones sirvieron para dar cuenta de los extremos que puede presentar el cuarteto capaz de ser parte de un festival como esté y no quedar descolgado para un público muy específico. Bien por ellos.


Lamentablemente para las brasileras de Crypta esta primera presentación en argentina seguramente tuvo un sabor amargo. Con la obligación de realizar un set corto pero efectivo (a lo largo del tour por Sudamérica estuvieron tocando ocho canciones de su hasta ahora único disco “Echoes of The Soul”) un problema de sonido en la guitarra de Tainá Bergamaschi hizo que las chicas estuvieran largos minutos sobre el escenario visiblemente nerviosas, mientras los técnicos trataban de descifrar qué era lo que sucedía. El problema que comenzó con “Under the Black Wings” en donde la bajista y vocalista Fernanda Lira miró desconcertada hacia un costado cuando no sonó la guitarra de sus compañera hizo que en definitiva la banda debiera acortar el show terminándolo con “Starvation” y “From the Ashes”. Antes la banda había mostrado su potencial para un público que en muchos casos había ido a verlas a ellas con atención. “Possessed” y en especial “Kali” sirvieron para dar cuenta de la propuesta de las brasileras con una gran carga visual (en este punto Fernanda Lira funciona como una especie de Cronos de Venom mezclado con King Diamond al que no casualmente tiene tatuado en uno de sus muslos) en donde lo interesante pasa principalmente porque el death metal de escuela sudamericana tiene un interesantísimo trabajo de guitarras a veces gemelas casi siempre con riffs bien potentes, melódicos y pesados. Más allá de los inconvenientes se fueron aplaudidas y prometieron una vuelta. Ojalá sea pronto.


Nervo Chaos la banda liderada por el baterista Eduardo Lane (de Tumba Producciones uno de los organizadores del festival por el lado de Brasil) fue la propuesta más corrosiva de la noche. Ese es el mejor adjetivo para definir la mezcla de death metal, hardcore y sludge que propone la banda. Sostenidos en un alto nivel de agresividad y violencia, su propuesta tan brutal como incansable puede resultar monótona por momentos principalmente porque la maraña de riffs mezclados con breakdowns a veces tienen una estructura similar. Más allá de esta cuestión ligada más que nada a un estilo que de alguna manera busca ese objetivo, la banda demostró que tan extrema puede ser su propuesta sorprendiendo con “Dragged to Hell”, una canción de su último disco (“All Colours Of Darkness”) en donde Brian Stone incluyó algunas voces limpias sin perder nunca la idea de que la propuesta suene lo más caótica posible.


Los hermanos Camargo – Kolesne (Alex Camargo bajista y vocalista, Moyses Kolesne guitarrista y Max Kolesne baterista) son una verdadera leyenda en el underground desde que a principios de los noventas formaron Krisiun y su presentación no hizo nada más ni nada menos que dejar en claro que en vivo tienen su mejor versión. Su death metal se caracteriza por basarse en la vieja escuela del estilo (en especial Possesed y Morbid Angel) mezclada con el thrash extremo de Slayer y de la escuela alemana de Sodom, Kreator y Destruction. A esto obviamente se le suma la escuela brasilera y sudamericana de riff simples como efectivos que hacen mover la cabeza casi instantáneamente. De muy buen humor y muy comunicativos (Alex se encargó en varios momentos de agradecer y destacar la presencia de bandas sudamericanas durante la noche) la sensación fue que la crudeza con la que encaran sus canciones es lo que hace distinto de otras propuestas europeas o estadounidenses. Canciones como “Combustion Inferno” o “Descending Abomination” dan la pauta de esto e incluso hace pensar a la banda como una especie de Motorhead haciendo death metal por el nivel de soltura que tiene sobre el escenario, algo que ellos mismos confirmaron haciendo un cover de “Ace Of Spades” que incluso fue más rápida que la versión original. La violenta “Hatred Inherit” cerró la noche y dejó al trío como los grandes ganadores a fuerza de oficio y potencia.


Luego de una larga espera la única banda no sudamericana, la austriaca Belphegor fue la encargada de cerrar la noche. Desde hace tiempo la propuesta de los europeos va por el lado de emparentar su blackened death metal con el aspecto visual y en ese punto, lo que sucede en el escenario los acerca conceptualmente a la propuesta de los polacos de Behemoth sin tener el nivel de ejecución (y hay que decirlo, tan buenas canciones) como los comandados por Nergal. Más allá de eso el cuarteto dio un show perfectamente cronometrado en donde todo los que sucedió en el escenario tuvo un por qué y llevo el ambiente hacia su aspecto más teatral. En este punto tal vez quien mejor interpreta el espíritu de todo que decimos es su cantante Helmuth único miembro original quien casi cambia de integrantes a su antojo (en los últimos años la banda cambió de manera completa varias veces). Entre el death metal oscuro (“Swinefever – Regent of Pigs”, “Stigma Diabolicum”); algunas canciones más orientadas al black (“Lucifer Incestus”) y el uso de pistas para crear climas en algunos momentos (“Stigma Diabolicum” y el estremo “Virtus Asinaria / Prayer” entre otras; “Baphomet” y “Totentanz – Dance Macabre” fue el cierre extremo y ominoso para un set en donde se percibió claramente la manera europea de crear música extrema, generando un interesante contraste con otras propuestas de la noche.


La conclusión final es que el Bréa Extreme Fest más allá de algunas dificultades lógicas es una buena noticia en una Buenos Aires donde las circunstancias económicas hacen difíciles propuestas como estas. Seguramente si el público y los medios siguen acompañando la próxima tendremos propuestas similares en lugares más grandes y con más gente. Ojalá sigan sucediendo.

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