CORPSEGRINDER – Apto solo para fans

Lo primero que hay que mencionar para hablar de este primer disco solista de George “Corpsegrinder” Fisher es la presencia de Jamey Jasta de Hatebreed. Principalmente porque mucho de la existencia de este proyecto tiene que ver con su sello Perseverance Music Group especialmente, con la idea de tomar cantantes reconocidos y rodearlos con una banda que acompañen sus habilidades. De esta manera logró que Dee Snider modernice su sonido al máximo en su último disco solista (que por cierto tuvo muy buenas críticas) y seguramente algo de esto pensó al convocar al histórico (¿alguien puede negar esto último?) vocalista de Cannibal Corpse.

Con ex integrantes de la banda de thrash Toxic Holocaust que también fueron parte de la banda de Dee Snider al igual que Nick Bellmore de Kingdom Of Sorrow quien coprodujo el disco, aquí la diferencia con el disco de ese personaje que es Dee Snider es bien palpable. Mientras Dee “metalizó” su sonido y lo hizo más contemporáneo aquí Corpsegrinder se aleja bastante poco de sus espacios de confort, lo cual como primera oída resulta decepcionante.

En algún punto el disco parece estar atravesado por una especie de negociación entre lo musical y la tarea vocal de nuestro protagonista. Si bien las canciones están lejos de tener la complejidad musical que tiene hoy C.C., parecen siempre mirar de reojo la historia de uno de los referentes históricos del death yanqui. Entonces no es casual que en las dos primeras canciones del disco (“Acid Vat con la no casual presencia de Erik Rutan, actual guitarrista de C.C. y “Bottom Dweller”) y en las dos últimas (“Master of the Longest Night” y “Vaguely Human”) la banda opte por sonar ortodoxamente death metal más allá de uno que otro breakdown o algun beat blast no tan frecuente lo que de alguna manera asegura que el disco no escape demasiado a lo que espera un fan del estilo.

En las otras canciones la banda claramente empuja para que las composiciones sean más versátiles a pesar de que las variaciones vocales de nuestros protagonistas, si pensamos en su historia, son nulas. Hay momentos interesantes como “Crimson Cross” donde todo se envuelve en una especia de groove death metal con grandes melodías de guitarras o “Death Is The Only Key” donde la atmósfera va para el lado del sludge, dotando todo de densidad y oscuridad. En otras canciones como “Define by Your Demise” el grupo se empeña en hacerle un guiño a Corpsegrinder para que sume con su melodía vocal al trabajo de guitarras pero el estadounidense sigue en la suya, dando la pauta de que tiene pocas intensiones de experimentar sobre su manera de cantar.

En definitiva un disco que tal vez suene menos abrumador desde lo técnico que la última etapa de Cannibal Corpse, pero que no se aleja demasiado de lo que uno puede esperar. Mientras el bueno de Dee se visitió de moderno, George se limitó a mostrar sus habilidades. Solo para fanáticos que quieren encontrarse con lo esperable. Ellos no saldrán defraudados.

Por cierto, este martes 17 de mayo, CANNIBAL CORPSE vuelve a Argentina, en su nueva gira mundial, con el gran Erik Rutan en guitarras. La cita es en el Teatro Flores.