SERPENTOR en el Teatro Flores: “Los reflejos oscuros de la sociedad”

El quinteto thrasher presentó el pasado sábado 9 de abril su disco en el barrio de Flores, en El Teatro, para una interesante cantidad de gente. Ahí estuvimos.

Fotos: Jorge Sebastián Noro

En el recomendable documental de Sam Dunn, ‘Metal a Headbangers Journey’, este último le preguntaba a Tom Araya de Slayer como vinculaba sus creencias cristianas con su música. “Considero que hacemos arte y el arte es un reflejo de la sociedad. Nosotros mostramos los reflejos oscuros” respondía el chileno entre risas para dar cuenta del lugar que cumple la música violenta y extrema de Slayer dentro del heavy metal y del thrash. No descubrimos nada si decimos que para Serpentor, Slayer es una influencia definitoria, así como lo son todos los referentes del thrash que conocemos, en especial la propuesta de Testament en cuanto a variedad y color musical. Lo que sí resulta cada vez más evidente es cómo a lo largo del tiempo los muchachos de Serpentor han sido capaces de denunciar esos reflejos oscuros de la sociedad, sin desesperarse por imitar modelos de afuera.

“Sacerdote del Horror”, el disco que presentaron por partida doble en Flores es la prueba concreta de esto que decimos. Serpentor, desde el conurbano profundo se encarga de denunciar todo aquello que está mal, que molesta, que no permite que podamos vivir en paz. Eso en los tiempos que vivimos, no es poco.

Amajhur y Plegarias fueron dos de las bandas que se encargaron de calentar el ambiente antes de que Serpentor subiera al escenario. Con una interesante cantidad de público que fue a apoyarlos tanto unos como otros tuvieron un punto en común: la idea de retomar sonoridades de los noventas y mezclarlas con propuestas más contemporáneas. Los primeros desde el look y desde cierto groove fueron para el lado del Machine Head más emparentado al new Metal, los segundos más hacia un Pantera más extremo sin alejarse tanto de un lado como del otro de la idea del thrash como cimiento de su música. Las dos bandas fueron explícitas en cuanto al llamado a la unidad (la primera incluso destacando su pertenencia Barrial) y supieron aprovechar la pantalla de fondo para mostrar una interesante propuesta gráfica. Se las notó conformes y con la sensación de que lograron algún interesado más en escucharlas. Bien por ellas y por aprovechar la posibilidad de tocar con recursos técnicos equiparables a la banda principal.

La imagen de un málevolo, realista y anciano sacerdote que se transformaba mediante una animación en un demonio, fue la introducción para que Serpentor subiera al escenario a presentar el tema que da nombre a su disco, una denuncia concreta a los abusos dentro de la iglesia. Un conjunto de riffs bien thrashers (veloces y precisos) y las guitarras al frente (con un sonido muy claro para la dupla de Jorge Moreno y Jorge Alcaraz) calentaron rápidamente el ambiente para una canción que parece pensada para comenzar un show principalmente por su nivel de gancho y melodía que va más allá de lo sórdido de la temática.

La pantalla de fondo mostrando una serie de protestas sociales y la posterior represión, además de recordar las jornadas trágicas del 2001 en Argentina, sirvió para que el disco “Privación ilegítima de la libertad” del 2009 se hiciera presente teniendo en cuenta que la propuesta de la noche era que la la presentación del disco interactúe con esta obra. En este punto fue claro el mensaje de la banda en este momento del show. Si uno no conoce la discografía no le resultaría para nada raro que las canciones que vinieron casi en seguidilla “Represión Violenta”, “Cerdos Hambrientos” y “Estado de Resistencia” (las primeras dos de Sacerdotes… y la otra de Privación…) sean de una misma obra principalmente porque las temáticas rondan los mismos tópicos entre los que se pueden mencionar a grandes rasgos “La lucha y la resistencia del pueblo trabajador” como bien dijo Temo Romero antes de “Cerdos…”, la represión estatal y la posibilidad de resistir frente a las penurias contemporáneas.

Desde lo musical, si podemos establecer algunas diferencias y en algún punto vienen por el lado del aporte del muy joven Marcos Gianfrancesco detrás de la batería. Si tenemos en cuenta que “Sacerdote…” es el primer disco de estudio que graba con la banda (está en Serpentor desde 2016), la sensación es que le ha aportado a la banda un nivel de sutileza y precisión que claramente le permite a la banda ir para algunas sonoridades más hardcore como en “Cerdos…”, sumar pesadez a los machaques en “Represión Violenta” o incluso darle nuevo color y atmósfera a las nuevas canciones sin jamás perder la agresividad y la velocidad del thrash metal que en canciones como “El carnicero”, que sonó en el medio de este segmento dedicado a la denuncia de la represión de la clase trabajadora, tuvo su lugar preponderante.

“Pandemonium”, una canción que problematiza la cuestión de la pandemia tuvo como invitado a Jonatan Gianfrancesco (hermano y compañero de banda de Marcos en Argento) para mostrar una versión aún más intensa que la original, dar lugar a “Látigos de Fuego” (una canción con una decidida impronta Slayeresca) y terminar con “El negocio de la Fe” único tema de “Legiones” que sonaría durante la noche, que tuvo a Emanuel Ruiz en batería, quien en su momento le mando un video tocando el tema a la banda generando la posibilidad de esta invitación.

Otra invitación pero esta vez para “Zombie” guitarrista de Tren Loco luego de mencionar la lamentable pérdida de Gustavo Zabala, fue el momento más emotivo de la noche principalmente porque no solo la emoción vino por el lado del guitarrista sino por el lado de todo Serpentor y de muchos presentes que enseguida tuvieron lágrimas en los ojos. Con su guitarra sin distorsión y Temo Romero en la soledad del escenario, hicieron una emotiva versión de “Endemoniado”, aquella balada con gusto a Black Sabbath que habla del paso de la vida a la muerte. El resultado fue más que correcto y dio la pauta de la versatilidad de Temo a la hora de encarar una canción que no se ajusta a su registro.

La vuelta de la banda entera al escenario, esta vez sin Temo Romero, fue para hacer “Heavy Metal” un instrumental del último disco que generó el pogo de un público que a esa altura estaba cada vez más enganchado en lo que sucedía en el escenario. “Cuervos y Ratas” otra vez con Temo en las voces fue una especie de continuidad de la canción, con un riff arengado pesado y melódico para criticar a los que actúan con falsedad.

“Miserables”, otra canción de crítica social pero esta vez a los medios de comunicación (“Camuflando su maldito cinismo/Controlan persuadiendo la desinformación”, cantó a viva vos Temo Romero) tuvo como invitado a Darío Uboldi cantante de Amajhur para suplantar al chileno Carlos Elio de la banda Dezastre Natural quien canta en el disco, para cantar un fragmento casi rapeado al final de la canción. “Preso de la confusión” de “Privación…” y “Atacarán tu mente” (la canción que completó la totalidad de “Sacerdote…” que no fue tocado en orden) tomaron como eje los 40 años de la guerra de Malvinas con una referencia en la pantalla de fondo en medio de la velocidad y el groove donde la banda se observa muy cómoda.

Las últimas dos canciones “Enfermos de Poder” y “Privación ilegítima de la libertad” (obviamente del disco “Privación…”) sirvieron para redondear un show donde Serpentor logró presentar un disco que seguramente le traerá muchas satisfacciones. Sin bises y despidiéndose con una sonrisa desde el escenario el quinteto se fue con la sensación de haber vivido una buena noche donde los reflejos oscuros estuvieron presentes, esperando que en algún momento algo cambie. Veremos qué sucede.

Agradecimientos especiales: Gaby Sisti y Pablo Noguera por la acreditación y Marcela Scorca por el material de Serpentor.

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