Immortal: 2 Decadas de los Hijos del Norte

Luego de que ya pasó mucha agua bajo el puente y con el diario del lunes en la mano, podemos solamente ver los problemas personales que afectaron a Immortal y a cada uno de sus integrantes… o podemos enfocarnos en su obra.
Al día de hoy parece que ante el público, uno de los conjuntos más relevantes del Black Metal en los 90s fue manchado, teñido por una sombra la cual no nos deja ver con claridad el legado enorme que ha dejado el conjunto liderado por Abbath.

Parece extraño pero es necesario decir que se han olvidado clásicos como «Pure Holocaust» o el tremendo «Battle in the North», pareciera que en tiempos modernos sean poco mencionados e incluso se tome a Immortal como una parodia del género, todo esto por algunas extrañas actitudes de su líder pero que al final es una mera cuestión natural, el tipo tiene sentido del humor y no tiene por qué ocultarlo, le guste o no a los puristas. Eso no implica que su música sea una máquina de furia gélida.

“Pienso que Sons of Northern Darkness tiene muchos vínculos con lo que hemos hecho tiempo atrás, pero también nos hemos remontado más a los ochenta, a las cosas más básicas del thrash. Pero eso es importante para nosotros, eso es lo que nos inspiró y nos hizo quienes somos hoy” comenta el legendario Abbath.

Para los fanáticos este podría ser una nueva obra que tendría la mayor exposición de la banda ya que habían 2 motores importantes aparte del contenido artístico; el primero que este disco era nuevamente producido por el gigante Peter Tägtgren de Hypocrisy además de ser grabado en los Abyss Studio.

Pero el aspecto más relevante venía por el lado discográfico, Immortal estaba en las filas del sello Osmose el cual no tenía distribución en Estados Unidos (mercado que para ese entonces era un potencial consumidor del Black Noruego) entonces cambiaron a un sello de nivel Mundial como lo es Nuclear Blast. Este es uno de los cambios silenciosos que implican mayor enfoque, mayor esfuerzo y mayor profesionalismo… y aquí es donde los antiguos problemas abrieron nuevas heridas.

Como ya era conocido, el guitarrista original del grupo, Demonaz, quien había trabajado en los primeros 3 lanzamientos de Immortal, sufría una severa tendinitis la cual le impedía ser parte física del conjunto, y por ende se enfocaba en escribir y componer.
«El espíritu de la banda no estaba allí. Horgh y yo salimos, hicimos el estudio, hicimos la música, la gira, todo, y Demonaz solo hizo todas las letras. Él no estaba tan involucrado, solo la letra, y no teníamos un bajista permanente… Estábamos hartos, especialmente yo. Podríamos haber continuado y ganado más dinero, pero ese no es el primer tema de esta banda. Inmortal se trata de la hermandad; Inmortal es algo sagrado» comenta Abbath a la revista Revolver.

En ese entonces el bajista de turno, Iscariah, participó solamente en el track que abre el disco, y el resto fue grabado por Abbath así como las guitarras dejando la batería al monstruo de Horgh. Posteriormente Iscariah renunciaría debido a su poca participación.

EL DISCO

Este trabajo tiene mucho pero mucho del que es, a gusto personal, el mejor disco de Immortal, el «At The Heart of Winter» pero llevado a una postura más heavy/thrash en las guitarras. Es real que la producción está mucho más aceitada, los riff suenan más crudos y agresivos, los trémolos perfeccionados, los blast beat implacables, un disco que es la madurez pura.

Empezando con la paliza auditiva titulada «One by One«, cero intro, cero piano meloso o coros épicos, la velocidad y destrucción desde el primer segundo. La intensidad necesaria para pisar el acelerador, siendo al momento uno de los temas con el riff más «clasico» del disco.
«Sons of Northern Darkness» sería como un himno homónimo al concepto del arte de disco, aunque parezca como darse loas así mismo, no deja de ser una realidad, ellos son los Hijos de la Oscuridad del Norte. El track sigue la línea, el blast beat por momentos pareciera que va a salir del parlante para golpearte la frente, el pasaje melódico con destreza notable lo hacen aún más épico.

Uno de los temas difusión del disco fue «Tyrants» con su cadencia, su «lentitud» y riff melancólicamente oscuro lo hacen muy llamativo, incluso aun más en el pasaje acústico que emite frío terrible.

«Algunos de los riffs de ‘Beyond the North Waves’ existen desde hace mucho tiempo, también algunos de los riffs de ‘In My Kingdom Cold’ han existido durante un par de años, pero no sabia donde colocarlos hasta ahora. No teníamos las ideas o sentimientos correctos para hacer esas canciones hasta ahora. Y aun así, mientras trabajaba en este álbum, se me ocurrían riffs que solo tenía que poner en el congelador y esperar a ver si podía incluirlos en el próximo álbum, porque, verás, tengo riffs asesinos y, a veces, no encajan” dice Abbath.

Y si… los riffs de «In My Kingdom Cold» son bestiales, contundentes y sin desperdicio alguno, uno de los temas más destructivos que hayan hecho, incluso remontándonos al «Blizzard Beast» para esa composición que bordea lo sucio y feroz, solamente que aquí suena de maravilla.

Renglón aparte para quizás el mejor track del álbum como lo es «Beyond the North Waves», que genera hasta escalofríos desde su inicio, la cara más Nórdica/Viking en la composición, logrando la épica justa para cerrar el disco en un punto alto.

Dos décadas de un disco formidable, dos décadas de que Immortal comenzara a morir porque si bien hoy siguen activos, Abbath está haciendo de las suyas con su proyecto personal. Dos décadas que merecen ser celebradas ya que Immortal radica en el Olimpo, en la parte más al Norte, la más gélida.