CRYPTOPSY – 300 riffs y un martillo hidráulico

Domingo, la lluvia cae sobre Montevideo, la temperatura a duras penas baja unos grados en este interminable suplicio de calor, que a la postre lo único que logra es que nuestro odio aumente exponencialmente; y qué mejor que canalizar nuestro odio, frustración, necesidad de aire acondicionado y asco por la sociedad que con Death Metal Técnico Hiper veloz. NADA! Casi a la misma altura que una ducha fría luego de una larga jornada laboral.

En esta oportunidad les brindamos a ustedes lectores, un disco que marcó el comienzo del fin de una era. Si, este disco fue el que comenzó el descenso de Cryptopsy hacia casi la desaparición.

Esto producto que los previos lanzamientos estaban sutilmente enfocados a aristas más oscuras, densas, y en este, el tercer disco de estudio ya se nota lo que al final de cuentas podría no ser aceptado por aquellas personas que sólo buscan la monotonía.

Este disco tiene una enorme, gigantesca cantidad de riffs grooveros, técnicamente extremos pero con un gancho enorme, una dosis que podría ser exagerada de pasajes «modernos» sin abusar innecesariamente del blast y gravity beat, enfocados en conformar un disco de lo más Brutal & Técnico que se hayan escuchado por aquel entonces (año 1998).

Si bien vale destacar que los previos lanzamientos («Blasphemy Made Flesh» y «None so Vile») tenían un sonido primitivo y denso, también tenían la calidad técnica solamente que no a flor de piel como en este trabajo. Además que es es el primer álbum del grupo sin su vocalista Dan Greening más conocido como Lord Worm, que marcó una impronta especial con su técnica (discutible por donde se la escuche).

No podemos dejar de mencionar a quien, a gusto personal, fue el mejor baterista de la historia en cuanto a Brutal y Death Técnico en los comienzos del sub-género, el enorme Flo Mounier. Hay vídeos en youtube de sus técnicas de repique y doble bombo que son una delicia para todo amante del Metal.

Este álbum dura 31 minutos, y solamente tiene 25 segundos de «calma», el resto es pura energía técnica.

El sonido está al borde de la perfección, los riffs son encantadores desde el comienzo «Emaciate» cambiando drásticamente de tiempos, con las cuerdas yendo por todas direcciones al punto de perderse en la intensidad, y todo esto teniendo un martillo hidráulico en la nuca que no para.

«Cold Hate Warm Blood» siendo uno de los clásicos del grupo, la bajada «pacífica» para tomar una bocanada de aire, que es superada por el característico blast, y el corte Brutal Death norteamericano llevado al lado técnico, sonando potente, brillante, sin la opacidad característica del mismo. Un retoque muy pero muy sutil.

A gusto personal «Flame to the Surface» es el mejor track de todo el álbum, tanto por duración, como por niveles de intensidad así además por los riffs atrapantes con un feeling monstruoso.

Si bien es un disco discutido por los puristas herméticos, es auditivamente perfecto para aquel fanático del Death Metal Técnico y Groovero. De esto no debería haber discusión, pero bueno, hay personas que creen que la tierra es plana…