DRAGONLAND: bajo el estandarte gris

Dragonland – Under the Grey Banner
Fecha de lanzamiento: 18 de noviembre, 2011
Sello: AFM Records
País: Suecia
Género: Power Metal
Tracklist:
1 – Ilmarion
2 – Shadow of the Mithril Mountains
3 – The Tempest
4 – A Thousand Towers White
5 – Fire and Brimstone
6 – The Black Mare
7 – Lady of Goldenwood
8 – Dûrnir’s Forge
9 – The Trials of Mount Farnor
10 – Throne of Bones
11 – Under the Grey Banner
12 – Ivory Shores

Para esta Séptima Puerta cargada de power (como es usual), traigo a los lectores el disco que coloqué en el primer puesto de mi top 5 de mejores discos de power metal de la década 2010 – 2020, que puede ser leida aquí.

La banda sueca Dragonland existe desde el año 1999 y cuenta al día de hoy con cinco discos de estudio: “The Battle of the Ivory Plains”, “Holy War”, “Starfall”, “Astronomy” y “Under the Grey Banner”. Este último fue una de las grandes sorpresas del género en el año de su lanzamiento, 2011.

Como buen disco de power, “Under the Grey Banner” cubre en sus doce canciones parte de una historia conceptual que comenzó con “The Battle of the Ivory Plains” en el año 2001. Vamos a ver qué hace a este disco especial.

Para comenzar, una apertura instrumental más extensa de lo normal. “Ilmarion”, con poco más de tres minutos de duración se encarga ya de marcar la entrada al mundo de fantasía medieval.

Orquesta, cuerdas, vientos, percusión, todos los elementos usuales para dar arranque a una historia épica dicen presente con intensidad moderada hasta el aumento de tensión obligado hacia el final para dar paso al resto del tracklist.

Una breve narración da paso a “Shadow of the Mithril Mountains”, que comienza por todo lo alto. Guitarras veloces, coros y teclados en plan orquesta llevan a versos cargados de arreglos mientras el vocalista Jonas Heidgert lleva las riendas con la claridad y el tono propios de un vocalista del genero. Estribillo ganchero y melódico, corte más pesado y ominoso que da paso a los solos de guitarra mientras los teclados dan el toque épico. Gran comienzo.

“The Tempest” hace gala de una introducción de guitarra más pesada, beneficiada por la afinación más grave, cortesía de Olof Mörck y Jesse Lindskog. Más allá de la contundencia de la guitarra, los versos y los estribillos son netamente power metal gracias al trabajo de Heidgert y su teatralidad. Sin grandes pretensiones de velocidad, funciona muy bien.

“A Thousand Towers White” es power metal puro. Rítmica galopante, melodías de guitarra que se repiten en los estribillos con la voz, arreglos sobre los versos. Tiene todo los elementos necesarios para ser un mazazo en vivo. Gran mención para el baterista Morten Løwe Sørensen, que se aparta de la cuadratura usual del género, haciendo aportes de variedad. Interesantes cortes a voz y orquestación a la mitad de la canción. De los mejores temas del disco.

Y si hablamos de mejores temas del disco, los encontramos juntos en esta sección. “Fire and Brimstone” no se guarda nada. Comienzo con vientos de metal y guitarra pesada, pasa a un primer verso donde se mantienen los teclados, Heidgert y la batería, aunque no tardan en sumarse la guitarra y el bajo.

El componente teatral se vuelve más notorio con la participación del cantante de teatro musical Fred Johanson, que se convierte en antagonista durante los puentes que llevan al estribillo pegadizo. La canción tiene pasajes más pesados e interesantes a nivel de guitarra que desembocan en los solos previos a la vuelta de los estribillos finales tras una sección de orquesta que da un poco de espacio para respirar.

Otra de las mejores canciones del disco es “The Black Mare”. Guitarra rítmica galopante, velocidad pura, arreglos de teclados épicos sobre la introducción son la marca de un tema excelente en todos los apartados.

Gran estribillo coreable, buen manejo de la intensidad con versos donde la guitarra queda un poco más al márgen, aunque siempre se vuelve a la fórmula netamente power. Detalle no menor: aunque no parezca, dura seis minutos.

El final de “The Black Mare” baja la intensidad, enganchando con “Lady of Goldenwood”, llevada por guitarras limpias y una atmósfera más cercana al folk gracias al uso de melodías de violín. Hacia el tercio final hay un componente narrativo fuerte de parte de Anna Marianne Lundberg que desemboca nuevamente en el estribillo. Como quiebre para airear el disco está muy bien.

Tras el corte acústico, vamos a “Dûrnir’s Forge”, una canción más pesada, a medio tempo, con pasajes interesantes a nivel de guitarra rítmica y una teatralidad muy bien lograda con el uso de los teclados, que tienen hasta espacio para hacer su propio solo junto a las guitarras.

La sección de los solos desemboca en el ambiente de una mina bajo tierra donde los enanos trabajan y cantan al unísono. Bien logrado, muy power metal, excelente.

La contundencia se mantiene con “The Trials of Mount Farnor”, de batería a full doble bombo en los versos, apoyados por una guitarra movediza y agresiva. No se pierde el toque power gracias al trabajo en las voces. Es decididamente una de las canciones más pesadas del disco.

“Throne of Bones” le da a Fred Johanson la oportunidad para brillar en tan solo casi dos minutos. Orquestación pesada, ominosa y con dosis de melancolismo son la base para que el cantante en la piel del antagonista haga un despliegue teatral muy logrado que le suma mucho al disco. Como punto a destacar, la melodía vocal hace referencia directa a “Shadow of the Mithril Mountains” dándole unidad con el resto del disco.

De esa forma, llegamos a la canción más larga del tracklist y la que da el nombre al disco. “Under the Grey Banner” comienza de forma ominosa, ambientando lo que va a ser el clímax de la historia del disco. Con gran teatralidad, amparada por la orquestación y los teclados nos llevan por la confrontación final. Versos sorprendentemente tranquilos de parte de Heidgert, aunque se siente que todavía hay lugar para ir a más.

La canción va entonces por un pasaje con más tensión y agresividad de parte de la orquesta. La carga épica le viene al pelo. En la mitad entran en juego las voces guturales, algo para nada esperado pero que funciona muy bien para marcar esa pugna más allá del destacado apartado instrumental.

Johanson y Heidgert tienen la oportunidad de interactuar de forma más cercana, haciendo gala de una teatralidad más que digna de un disco conceptual como este. El tema culmina entre narración y un verso más uplifting, bien propio de ese power metal de corte más esperanzador, con toda la pompa correspondiente.

El álbum cierra con “Ivory Shores”, en una estética similar a la que Peter Jackson utilizara para cerrar las películas de Lord of the Rings. Aquí la cantante Anna Marianne Lundberg se luce muchísimo más en una canción muy emotiva y cargada a nivel orquestal, bajando los niveles de intensidad alcanzados en “Under the Grey Banner”.

Con un total de doce canciones, la banda se las ingenia para poner sobre la mesa uno de los mejores discos de power de la última década, sin abusar de fórmulas gancheras y repeticiones innecesarias y baratas.

Logran los estribillos pegadizos sin caer en lo mundano y aburrido, mientras que a nivel compositivo hay una variedad que se agradece y que permite apreciar las diferencias en profundidad de un disco que deja la vara bastante en alto de cara al siguiente álbum de la banda, que se encuentra en etapa de grabación. Altamente recomendado.

Lineup:

Jonas Heidgert (Voz)

Olof Mörck (Guitarra)

Jesse Lindskog (Guitarra)

Elias Holmlid (Teclado)

Anders Hammer (Bajo)

Morten Løwe Sørensen (Batería)

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