OBSCURA: Gotemburgo Técnico

Cuando un conjunto tiene la capacidad para reinventarse, para introducirle ingredientes a su producto final sin que sea una mera acumulación sin sentido, cuando una banda logra superar barreras de composiciones tan únicas, es ahí donde nos enfrentamos a algo fuera de lo común, y por decantación tenemos que prestarle mayor atención, absorber conocimiento y admirar su obra.

Esto sucede desde que tengo uso de razón con Obscura, que nuevamente impacta brutalmente en nosotros, en todo sentido.
Vale mencionar que el Sr. Steffen Kummerer (también otro grupo de élite técnica como Thulcandra) estuvo totalmente sólo en el 2020 tras el éxodo del resto de los integrantes de Obscura, por lo tanto este nuevo álbum cuenta con nuevas «viejas» caras como Jeroen Paul Thesseling (Bajo, ex Pestilence), David Diepold (Batería, ex Hate, Benighted) y el titán Christian Münzner (guitarra, ex Necrophagist, Spawn of Possession, Defeated Sanity). 
Ya con esta formación y un «refresh» este disco necesitaba llevar otro espíritu, uno que no había sido tan explotado por el conjunto en discos anteriores, ¡el sonido Gotemburgo! 

Para ello, Obscura contó con la producción de Fredrik Nordström, que quizás para quien lee es un desconocido pero para nosotros los enfermos de los datos, es uno de los creadores del sonido Gotemburgo, productor de At The Gates, Dark Tranquillity e In Flames entre otras (además de Dimmu Borgir, Opeth, Powerwolf, etc).
Por eso este trabajo tiene ese semblante tan único, imperdible, potente en los momentos necesarios para que el espectador no quede continuamente apabullado por la técnica superior de sus integrantes.

Es necesario que se destaque la importancia de que las composiciones, a diferencia de «Diluvium» del 2018, tienen mayor simpleza al oído, son más amigables. Esto producto de que ya conocemos a Obscura, sabemos lo que hacen y nos sorprenden disco a disco, pero este trabajo supera de forma ENORME lo que podríamos esperar, porque los tres pilares de cualquier obra maestra estan acá: Sonido, Emotividad y Originalidad.

Las guitarras iniciales de «Forsaken» con su litúrgico bajo mixando la pieza sabiendo que incluso esa breve introducción puede ser un desafío en replicar, dando paso a la epica potencia técnica, golpe que se distingue a la distancia y el cual se espera con sonrisa plena.
Y ya al comienzo se distingue el aire Sueco,brillante, sorpresivo!
Totalmente ajustado y para nada abusivo, lejos de ser impuesto de forma agresiva o modificando la esencia.
Es la pizca de sal y pimienta que levanta la obra a otro nivel. «Solaris» muestra una nítida orientación progresiva llevada al extremo casi brutal por momentos, especialmente en las guitarras que cortan riffs como si fueran papel, la rapidez y precisión de este tema pocas veces la escuché;
Tan así que deseo escuchar este track en vivo porque por momentos parece totalmente inhumano llevar este nivel de intensidad y precisión a la par. 
El gusto de escuchar un «Let’s go» cual guiño al Death Melódico de verdad con el track «A Valediction» que baja dos tonos la potencia pero no así lo complejo, se distingue mayor uso del camino progresivo que de costumbre.
Esto va unido a la mano de Nordström para que el cambio que a simple vista puede ser radical, no lo sea tanto y el producto mantenga la cuota de originalidad sin caer en lo bizarro.Esto lo podemos ver reflejado en mayor agresión con «When Stars Collide» donde está invitado el pelado Björn «Speed» Strid (Soilwork, Act of Denial) con su virtud vocal a pleno; y en «The Beyond» que aprieta el acelerador sutilmente en donde debe hacerlo (algunos piques de doble bombo sacuden mis audífonos).

Para placer personal el tema «Devoured Usurper» que al escucharlo lo único que puedo decir es «viva Morbid Angel».
El legado de Trey Azagthoth ¡vive y lucha! Oscuro y agresivo, los guturales sacados casi de los intestinos, expulsando odio y vibra de la vieja escuela que tantas alegrías nos ha dado. 
La última parte del disco cuenta con la mayor dosis técnica y con la gracia de que, por suerte, este álbum carece de pieza de relleno, ya que el track instrumental «Orbital Elements II» es un bálsamo fresco para cualquier amante del metal sin etiqueta alguna ya que pasea desde piques a lo Heavy Clásico como por momentos a lo Dream Theater que sorprenden y no tanto, estamos ante virtuosos (el virtuoso saca conejos de la galera).
También el final nos trae «The Neuromancer» de enorme calidad Sueca y Extrema, la pieza definitiva de coló unificar mundos en perfecta colisión sin dañar nada más que nuestros oídos (y el orgullo de los aspirantes a bandas técnicas).
Señoras y señores, estamos ante un disco Perfecto. Quizás la inmediatez no va a darnos la chance de admitirlo en general porque seguimos escuchando discos de hace 30 años aferrados al pensamiento arcaico de que «todo tiempo pasado fue mejor», por lo cual seguramente en 30 años este disco sea incuestionable. De los mejores discos de Obscura y del 2021.