GOAT TORMENT: La Hermandad de los Extremos

Tras algunos años de silencio regresa el dúo dinámico de la blasfemia y el Satanismo antiguo en formato musical llamados Goat Torment (de los mejores nombres para un conjunto que haya escuchado). Este grupo está formado por Kwel (bajo, guitarra y voz, ex – Arkhon Infaustus) y Torturer (batería, ex – Belphegor, Bethlehem) y ya llevan 3 lanzamientos en larga duración siendo el debut «Dominande Tenebrae» del 2013 el que tengamos como mayor referencia positiva de los mismos.

Musicalmente acá no debemos esperar absolutamente nada que no sea agresión, pero la misma se divide en varios sentidos que dan forma a una placa que no debería ser pasada por alto.

Es imperioso, para poder absorber toda la calidad de este trabajo, tener en claro que los dos pilares máximos del metal extremo (Death y Black) se pueden hermanan sin ningún miedo, incluso se pueden sacar producciones de alto nivel, sin que desvirtue el máximo requisito que es llevar la violencia un paso más allá de todo. Y es por eso que este disco se lleva aplausos porque logra el equilibrio necesario para no volcar la balanza hacia ningún extremo.

Hay piezas como «Disorder and Disruption» que mantienen algunos aspectos del old school black metal y por momentos se lleva al Death Metal brasileño en sus piques de percusión que dicho sea de paso suena estupendo!

Otra pieza en la misma tónica regular es «Forked Tongues» que en cuya potencia y Blast beat se puede encontrar rasgos primordiales de los caminos más extremos de la música.

Es fácil perderle el hilo a discos así ya que en general se busca una continua carrera por la melodía o porque las armonías sean amigables al oído, cada vez nos vamos dejando llevar por las corrientes «Melodic» las cuales intentan eclipsar el verdadero sentir del metal extremo, el cual es (entre otras) ser VIOLENCIA MUSICAL, escuchar «Profanation» debería ser la respuesta a tanta melodía carente de corazón. De las piezas más rectas, agresivas, veloces y sucias de todo el disco, por momentos con guiños a Watain que le dan un brillo aún más imponente.

Puede ser entendible incluso que este trabajo no tenga la mejor calidad musical, que suene viejo para la atropelladora modernidad, pero esa es la idea de la placa, mantener vivo el espíritu de la hermandad extrema de dos corrientes dispares pero con puntos en comun, para resumirlo todo está «Deceitful Faith» con el riff más headbanging de todo el disco y las partes con más gancho del mismo, incluso en el pasaje doom que le baja para de revoluciones al caos del cual éramos testigos track a track.

En general es un disco positivo, que no está forjado para agradar en la masividad, que está enfocado a una parte de la población metalera, la cual está preparada para estos trabajos siendo fanáticos de Belphegor, Archgoat, Impiety, y demás bandas en esa línea blasfema y sin piedad. Recomendado para sacudir el tedio y la decadencia.