RUNNING WILD: de piratas añejos

Running Wild – Blood on Blood
Fecha de lanzamiento: 29 de octubre, 2021
Sello: Steamhammer
País: Alemania
Género: Heavy Metal
Tracklist:
1 – Blood on Blood
2 – Wings of Fire
3 – Say Your Prayers
4 – Diamonds & Pearls
5 – Wild & Free
6 – Crossing the Blades
7 – One Night, One Day
8 – The Shellback
9 – Wild, Wild Nights
10 – The Iron Times (1618 – 1648)

Allá por finales de los años setenta, el guitarrista Rolf Kasparek fundaba Running Wild, una banda de heavy metal, que por su zona de procedencia, solía ser catalogada más bien como speed metal. ¿Las temáticas en sus inicios? El Metal mismo, el infierno y Satanás.

Fue tras sus primeros dos discos, “Gates to Purgatory” y “Branded and Exiled”, que la banda se acercó a la era dorada de la piratería como fuente de inspiración para sus canciones, comenzando por su disco “Under Jolly Roger”.

Fue durante los siguientes años, que Kasparek adoptó la etiqueta de pirate metal para su música, mientras la banda gozaba de varios lanzamientos exitosos y recomendados como “Port Royal”, “Death or Glory”, “Blazon Stone” y “Black Hand Inn”, por nombrar algunos (casi todos).

El pasaje de milenio no le resultó demasiado bien a la banda, que entre idas y venidas sacó tres discos que no dieron mucho la talla, y mientras Kasparek exploraba otros horizontes musicales, Running Wild llegó a su fin en el año 2009, teniendo en el Wacken Open Air su show de despedida.

Ese retiro duró unos años, y en 2012, Kasparek reapareció echando a andar la banda nuevamente con discos que tuvieron una recepción bastante tibia. Sin lugar a dudas, “Shadowmaker”, “Resilient” y “Rapid Foray” dejaron alguna que otra canción interesante para el setlist, pero fallaron en destacarse.

Cinco años después de “Rapid Foray”, el lanzamiento de “Blood on Blood” le da nueva vida a la banda, aunque dista de acercarse a la alta vara impuesta en los noventa.

El tema epónimo, “Blood on Blood” se encarga de romper el silencio mediante un riff 100% Kasparek, quien mantiene su mano a nivel instrumental, pero que también se acerca en términos de gancho a algo más facilón. Su timbre de voz imperecedero, aunque procesado un poco de más nos lleva de la mano en una canción de heavy un poco felíz de más, pero con guiños clásicos que pueden pegar.

Con un riff de heavy clásico pasamos a “Wings of Fire”. Batería simple, resultona. Acá no hay pretenciones raras, si hay algo que Kasparek hace a gusto es heavy metal, más o menos elaborado, es algo que no importa. Como siempre, la guitarra característica de Running Wild a nivel rítmica y melodía va a primar, y es una realidad que sin importar lo bien o mal que le haya ido a la banda en los últimos años, sigue existiendo un vestigio palpable de su sello. Funciona.

No es que vayamos a encontrarnos con grandes sorpresas en el disco. “Say Your Prayers” va a medio tempo. Más heavy de corte clásico con un toque más groovy en su riff. La labor vocal de Kasparek es correcta y ajustada a su estilo, otra de las características imperecederas de la banda que sigue vigente.

“Diamonds & Pearls” agita un poco más el avispero, siendo elegida como uno de los cortes de difusión en un lyric video. Volvemos a la temática puramente pirata. Estructura cuadrada, funcional, buenos arreglos y una melodía vocal que se vuelve más pegadiza en cada repetición de estribillo. Mucho más cerca de las mejores épocas. Ahora si estamos agarrando viento en las velas.

“Wild & Free” vira más a ese heavy de tinte rockero, algo a lo que Kasparek no es ajeno, si recordamos que durante el parate de Running Wild, formó la banda Toxic Taste. Este “Wild & Free” podría perfectamente ser parte del repertorio de aquella banda. Se antoja un poco largo, pero compensa con una buena sección de solos.

Con guitarra limpia y melodía eléctrica comienza “Crossing the Blades”, para ir a lo que es una de las canciones que más se acercan al Running Wild clásico de los noventa. Buena guitarra líder y rítmica que acompaña a la voz en una edición más lenta y añejada de los elementos que hicieran brillar a Kasparek y su tripulación en su mejor momento. Otra de las joyitas.

La canción lenta del disco viene a ser “One Night, One Day”, una suerte de pseudo balada de guitarra limpia y batería marcando el ritmo, que no tarda en volcarse a lo más eléctrico, medianto un solo de sonido bien ochentoso. El estilo hímnico de la canción se mantiene entre el ida y vuelta del verso más vacío y el estribillo con la banda completa.

Encabezando la recta final del disco, “The Shellback” está cargada de reminiscencias instrumentales al Running Wild clásico, mientras que su letra la liga directamente al excelente disco “Black Hand Inn”. Menos veloz y trepidante que el disco al que hace referencia, sigue siendo a pesar de faltarle cierta intensidad, una canción que cumple.

La veta más rockera de la banda está patente en “Wild, Wild Nights” y su riff con gancho, que a pesar de que seguramente lo escuchamos en algún otro lugar, sigue resultando fresco. Estribillo resultón que funciona lo suyo. Acorde al resto del disco.

El disco cierra con la canción que más se acerca a lo que hizo grande a la banda. “The Iron Times (1618 – 1648)” obedece a esa vieja regla de terminar el disco con el tema más épico. De arranque atmosférico con guitarras limpias, no tarda en dar paso a la melodía principal, pegadiza, sobre la rítmica cabalgante.

En el verso, Kasparek se convierte con gran acierto en un contador de historias bien acompañado por la batería simple y el ocasional acorde que se vuelve regla hacia el estribillo. Sin despegues de velocidad se llega al quiebre.

Pasados apenas los cinco minutos de los diez totales, vuelve la guitarra limpia, suenan los cañones y la batería marca con el bombo la vuelta de las guitarras eléctricas. Entran los solos, de lo más destacable de la canción, para desembocar en esa rítmica armonizada marca de la casa y la melodía que ya nos queda grabada para volver al último estribillo, por supuesto coreable. Elección ideal para cerrar.

“Blood on Blood” es un disco que va a gustar a quienes disfrutaron sobre todo los últimos trabajos de la banda de cara a la década del 2000. Lejos quedó el riff veloz y ese encare a veces más crudo de las canciones a nivel de sonido, suplantado por un punto medio entre la modernidad y las reminiscencias nostálgicas, algo que que no le pesa para nada a Running Wild.

El álbum es parejo, correcto y tiene buen sonido, balanceando el contenido que le diera a la banda la oportunidad de resaltar en su época y el enfoque más rockero que Kasparek viene teniendo desde el lanzamiento de “Rogues en Vogue”. Sus mejores momentos son sin duda aquellos donde podemos apreciar que la mística de Kasparek para componer se ha mantenido a pesar del paso del tiempo, teniendo como gran testigo a “The Iron Times (1618 – 1648)”.

Lineup:

Rolf Kasparek (Voz / Guitarra)

Peter Jordan (Guitarra)

Ole Hempelmann (Bajo)

Michael Wolpers (Batería)

Publicar comentario

#SEGUINOS EN INSTAGRAM