LORENGUARD: Power estadounidense que sorprende

Lorenguard – Eve of Corruption: The Days of Astasia – Part One
Fecha de lanzamiento: 29 de noviembre, 2011
Sello: Independiente
País: Estados Unidos
Género: Power Metal
Tracklist:
1 – Eve of Corruption
2 – Upon the Burning Isles
3 – The Greenstone
4 – Black Sails and Phoenix Flames
5 – Secrets of the Spire
6 – Wrath Divine
7 – Dragonsbane
8 – The Prince and the Pariah
9 – Embrace
10 – Hands of Chaos

Tengo que decir que estaba esperando con muchas ganas que me tocara redactar el artículo para otra edición de la Séptima Puerta.

El por qué es bastante sencillo. Mis reseñas tienden al power metal. Mis Inframundos tienden al power metal. ¿Mis Top 5? Power metal. Y puedo seguir así hasta que me echen de la redacción.

Pero todos esos reviews son de power metal nuevo, ya sean bandas o lanzamientos de artistas ya mejor establecidos, y la verdad es que tener un espacio donde poder trabajar recomendaciones de joyitas que ya tienen sus años se agradece.

La Séptima Puerta de hoy va a estar dedica a los estadounidenses Lorenguard.

En este momento todos clavaríamos los frenos, ¿power metal estadounidense? ¡Los estadounidenses no hacen buen power metal!

Yo estaba 100% de acuerdo con esa afirmación hasta que empecé a encontrar hermosas excepciones a la regla, como el disco que los voy a invitar a escuchar ahora.

“Eve of Corruption: The Days of Astasia – Part One” es el primer y único (tristemente) LP de la banda Lorenguard, formada en 2004.

Ahora, todos sabemos de qué suele ir el power metal en términos de contenido. No es sorpresa que nos encontremos ante un disco conceptual que lleve la historia de un mundo de high fantasy, fuertemente influenciada por supuesto por autores como Tolkien o R.A. Salvatore y algún otro que se nos escape.

Sin embargo, “Eve of Corruption: The Days of Astasia – Part One” tiene la particularidad de que sus canciones están basadas en una novela escrita por el baterista Brady Sadler, quien además es diseñador de board games. Estamos frente a una conjunción de elementos que sólo pueden darnos un buen disco, si es que la música de la banda está a la altura.

Para ponerse en contexto un poco, dejo la transcripción literal de la contratapa del libro que lleva el mismo nombre que el disco. Va en inglés para respetar el material original.

“For six centuries, Sol Saradys –the Corruptor– has slept, roaming the infinite shifting planes of the Revery. There in the dreamlands he waits, eager to spread his malicious influence on the unsuspecting world of Athland…

The only power that keeps Sol Saradys alive is the same power that could warrant his return. The Balance – the cosmic law that ensures equality between Order and Chaos. However, a rogue witch has weakened the Balance, giving Sol Saradys a chance to destroy the Shackles of Heaven that bind him. But first he will need a dark soul willing to be his mortal vessel…

Now, with the unseen threat of corruption slowly poisoning the realm, the broken kingdom of Lorendale must put its faith in a forgotten order of heroes, or their world shall return to the dreaded age when Chaos reigned supreme –the Days of Astasia.”

Ahora, si esto no es una historia digna de power metal, no sé qué es. Tiene todo, una entidad maligna, magia, la eterna lucha del bien contra el mal, una orden de héroes perdida. Por lo menos en los papeles es un buen comienzo.

Es hora de darle play al disco y ver qué es lo que lo hace recomendable.

La apertura es directa. “Eve of Corruption” nos abre las puertas a ese mundo de fantasía mediante una guitarra rítmica típica del estilo, a medio tempo, acompañada del resto de la banda de forma acorde.

En los primeros versos, la batería y el bajo, ejecutado por Adam Sadler, dominan acompañados por el teclado, mientras que el vocalista Robb Graves pinta con su voz un nuevo mundo. Gran trabajo de Alec Biccum en los teclados, generando una atmósfera realmente épica. Estribillo ganchero, buen apartado de solos y armonías de guitarra que incluso dejan espacio para solos de teclado. Comienzo auspicioso.

Inmediatamente pasamos a “Upon the Burning Isles” y ya en este momento la banda muestra una faceta mucho más agresiva y pesada, que no siempre es común en las bandas de power metal.

La batería de Brady Sadler a puro doble bombo, Chris Cruz y Dave Schneider se decantan por riffs más pesados y oscuros para los versos, así como solos afilados y agresivos. Nuevamente Biccum genera gran atmósfera con los teclados. Estribillo que pega, apoyado en los teclados y voces dobladas. Funciona a la perfección. Encima tiene un pequeño segmento de narración, a cargo de Raeligh Barrett.

Con “Greenstone” volvemos al power más tradicional y melódico, teclado siempre omnipresente. Aún así la canción no pierde la contundencia en ningún momento a nivel batería, bajo (de gran sonido) y guitarras.

Graves como vocalista resulta una elección más que adecuada para la banda, aunque no exhiba rangos exagerados como otros cantantes del género. En este caso se encuentra acompañado por Amanda Wells, con quien se complementa muy bien los estribillos.

“Black Sails and Phoenix Flames” comienza poniendo la barra de la epicidad en lo alto gracias a la introducción de batería y teclados. Velocidad y contundencia de la batería y las guitarras, buen trabajo en la mezcla. Estribillo hecho 100% para el en vivo, para llevar al público. Buenas secciones de solos. Cumple con creces.

Como canción más larga del disco, “Secrets of the Spire” supera por poco los ocho minutos de duración. Comienza con una introducción de piano aunque no tarda en hacer gala de una atmósfera más oscura y un riff que invita al headbanging.

Más teatral a nivel de las voces en los versos, bien complementados por los arreglos de guitarra y piano. En el estribillo, nuevamente Wells acompaña a Graves, dándole a la canción un aire de esoterismo.

Tras una pequeña irrupción del teclado, picando justo en la mitad del tema, se patea el tablero y se pisa el acelerador a nivel de riff. Aquí es donde se escucha mejor esa faceta más agresiva de la banda. Guitarras más cercanas a un estilo más extremo y Graves exigiendose a si mismo a nivel vocal.

No se hace largo para nada, y es lo suficientemente variado para además incluir un pasaje de piano que da el pié a los solos de guitarra que se extienden hasta el final de la canción. Gran muestra de lo que la banda es capáz.

“Wrath Divine” nos devuelve a ese power metal de corte más clásico a nivel de guitarras y estructura con éxito, manteniendo un puente y estribillos gancheros y melódicos. Se apega a una receta ya conocida, pero lo hace sobre las bases que la banda ha propuesto desde el primer tema.

Le llega el turno al que para mi es una de las mejores canciones del disco. “Dragonsbane” abre con guitarra acústica y piano, de forma cuasi solemne, para desembocar directamente en lo que va a ser el estribillo en el resto del tema y luego pasar a los versos.

De tono más oscuro y también más teatral, el apartado instrumental da suficiente espacio como para que Robb Graves haga de contador de historias, con un puente especialmente ganchero y sentido a nivel épico. ¿Suena exagerado? Sí. ¿Es épico? También. Esto es power metal, señores.

Luego del primer solo de guitarra, baja la intensidad, dando a otro solo sobre base más lenta, pero eso nos lleva a una armonía acompañada de teclados que generan nuevamente ese ambiente más épico, que solo crece, apoyado nuevamente por una pequeña intervención de Barrett como narrador. Cierra con el puente y el estribillo. Perfecto.

“The Prince and the Pariah” comienza con una fuerte influencia neoclásica en teclados y guitarra, para luego asentarse en unos versos veloces y contundences, donde el bajo va mano a mano con la guitarra rítmica, mientras Graves hace lo suyo. Sólido por donde se lo escuche, con interesante pasajes de los solos, es posiblemente la canción donde la guitarra es más protagonista.

Con una apuesta bastante jugada, el disco cierra con dos canciones que sobrepasan los siete minutos.

“Embrace” comienza dominada por el piano y apoyada por una guitarra con escasa distorsión, a la que luego se le suma el bajo y la batería. Lenta, de tinte baladezco, da un respiro, mientras Graves se da el lujo de bajar un poco la intensidad para trabajar codo a codo nuevamente con Wells, que en esta canción tiene mucho más protagonismo.

Más allá de ser la canción lenta del disco, la guitarra distorsionada no se hace esperar para solidificar la base instrumental en los estribillos. La canción termina de forma cíclica, con la mísma línea de piano con la que abrió.

La difícil tarea de poner punto final a un disco como este le toca a “Hands of Chaos”. Y ya desde el principio se pone a la altura. Gran atmósfera de teclado, riff cabalgante, melodía vocal sobre las guitarras. Hay pocas mejores maneras de empezar.

Buen manejo de los versos y puentes que hacen crecer el tema hacia un estribillo claro, ganchero, bien trabajado a nivel de voces. Wells nuevamente aparece para realizar un aporte medido que dota al tema de versatilidad. Como viene siendo común, se destacan las secciones de los solos.

El tramo final de la canción viene de la mano de una versión más solemne de la melodía de introducción y otro fragmento de narración de Barrett, cumpliendo con dejar los puntos suspensivos al término de la primera parte de la historia de fantasía épica.

No hay mucho más para decir respecto a este disco. Sólido y parejo de principio a fin. Podrá gustar alguna canción menos que otra, pero la realidad es que no hay un solo tema que se sienta por fuera del tracklist, que sea omitible o aburrido.

La banda maneja con éxito ese balance de crear un disco conceptual que lleva una historia, pero al mismo tiempo dar canciones que por sí mismas generen una reacción más allá de ser parte de esa historia más grande, pudiendo así formar fácilmente parte de cualquier playlist.

“Eve of Corruption: The Days of Astasia – Part One” es un discazo. Decir que es una joyita escondida es quedarse corto y es hasta injusto. La prolijidad de la propuesta es encomiable, desde la composición de las canciones hasta las letras, que no solo deben funcionar al contar la historia sino en cada tema por si mismo.

Recomendado al 110%, sobretodo para los fans acérrimos de Rhapsody y el power metal a nivel general.

Lineup:

Robb Graves (Voz)

Adam Sadler (Bajo)

Brady Sadler (Batería)

Chris Cruz (Guitarra)

Dave Schneider (Guitarra)

Alec Biccum (Teclado)

Raleigh Barrett (Narración)

Invitados:

Amanda Wells (Voz)

Facebook: https://www.facebook.com/lorenguard/

1 Comentario

  • Willy Rosenkrantz
    18 de enero de 2022

    Que en paz descanses Alec Biccum te fuiste muy joven.
    Recién me entero que falleció, era un gran genio que ahora toca para las estrellas.

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