Suffocation: 3 décadas de la Efigie de los Olvidados

Suffocation «Effigy of the Forgotten»
Fecha: 8/10/1991
Sello: Roadrunner

Tracklist

1.Liege of Inveracity
2.Effigy of the Forgotten
3.Infecting the Crypts
4.Seeds of the Suffering
5.Habitual Infamy
6.Reincremation
7.Mass Obliteration
8.Involuntary Slaughter
9.Jesus Wept

Año 1991, el Death Metal estaba en lo alto de la ola de popularidad en Norteamérica y Europa, los pilares iban adquiriendo más fortaleza conforme el paso del tiempo, todo ganado a base de esfuerzo y calidad. Es imposible obviar el momento en el cual este trabajo del cual hoy hablaremos toma forma, ya que es en este 8 de octubre que nace un movimiento para muchos inentendible, para otros pasional como el Brutal Death Metal.

¿Que es el Brutal Death Metal? Tenemos dos respuestas a esta cuestión. La primera es que el BDM es un subgénero que lleva a los límites de técnica y ferocidad al Death Metal «clasico», sube los niveles de intensidad, las guitarras son más densas, la percusión es casi inhumana y repleta de cortes técnicos, y como broche los vocales son más guturales casi sacados de los intestinos.


La segunda respuesta a la interrogante se contesta con una palabra: Suffocation.

Este equipo galáctico de músicos de elite, han logrado abrir cientos de miles de mentes artísticas que a futuro copiarían y/o tomarían como influencia sus virtudes plasmadas en sus discos iniciales y así transformarlas en diversos subgéneros como lo son el Deathcore y el Slamming Death Metal.

Suffocation es el Padre de TODO eso que tuvo fortaleza en los comienzos de los 2000 y hoy en día sigue evolucionando, con ejemplares como Mental Cruelty, Carnifex, Whitechapel entre muchas otras.

Es de suma relevancia que se entienda esto ya que no estamos ante un disco más, bajo ningún aspecto; este disco, el debut de Suffocation fue grabado en los Morrisound studios y producido por Scott Burns, todo dicho.


El mejor estudio y el mejor productor del momento (quizás de la historia en el metal extremo) único a las mentes de músicos de excelencia como el gigantesco Mike Smith en la batería, Terrence Hobb y Doug Cerrito en las guitarras, y el carismático Frank Mullen en los vocales.


El caldo se estaba preparando, todo en justa medida para cocinar una obra de arte llamada «Effigy of the Forgotten«.

La postura del grupo estaba puesta a juego ya que el ep anterior había tenido una aceptación importante (hablamos del «Human Waste») pero acá se iba a quebrar la línea, llevando todo hacia la faceta técnica y brutal. ¿Como se podría hermanar esas dos caras ya que en esencia parecieran ser polos opuestos? Es aquí donde el cerebro maestro de Scott Burns toma las riendas y con su claridad logra darle el vuelco relevante al sonido que es, al final, la clave de todo.

Todo este álbum suena fresco incluso en este 2021, el sonido por momentos es tan nítido que es abrumador. En los pasajes crudos es realmente agresivo, y en los momentos de quiebre (que a futuro se llamarían Breakdown) se ensambla todo con elegante calidad. La técnica y progresión en los riffs, lo entrelazados que son durante todo este disco, son los rasgos mayores para diferenciar esto del Death Metal clásico.

A esto se le suma el alto nivel en las líricas que en general son un cuidadoso cuestionamiento a las bases de nuestra sociedad en cuanto a las religiones quienes imponen la tortura terrenal a cambio del premio celestial. Una visión que hasta el día de hoy sigue latente.

Comenzando con la brutal «Liege of Inveracity» repleta de cortes, llevada a los límites de la velocidad, el riff inicial veloz y preciso, todo cubierto por los vocales de Mullen que deja la vida en el micrófono. Y aquí es el primer Breakdown en el Death Metal, en esta precisa canción se escucha lo que años adelante sera abusado y usado por casi todos los conjuntos modernos, pero nunca igualados.

«Effigy of the Forgotten» es bestial, de inicio sumamente agresivo, haciendo hincapié en el break con las guitarras golpeando una y otra y otra y otra vez grabando a fuego que estos temas no van a ser de un riff y dos arreglos de batería; acá hay técnica y sutileza para escribir un tema que se convirtió en clásico indiscutible.


«Infecting the Crypts» track con el que en muchas oportunidades elige para cerrar sus shows, otra vez la fórmula de llevarlo todo a la agresión extrema, bajarle el ritmo pero hacerlo de forma densa, y ahí radica otra cualidad… la densidad.


Ese fervor de hacer un trabajo que mezcle velocidad con pasajes lentos y que ambos cuenten con la misma energía potente es admirable.

Otros temas bestiales son «Habitual Infamy» que es de esos que parecen de relleno pero cuenta con el mejor arreglo de batería de todo el disco, «Mass Obliteration» que deja un poco contentos a los fanáticos del Death clásico pero sólo por segundos hasta que todo es llevado a la brutalidad sin permiso alguno.

Dado el contexto donde otros conjuntos como Pestilence/Death/Atheist estaban llevando la bandera de lo técnico en el metal extremo, se dificultaba la tarea de encajar la «virtuosidad» en medio del caso y este trabajo, para ese entonces, fue un golpe certero y exacto que no dejó morir la esencia del Death Metal a manos de la deformación.
Contando con el apoyo de un sello grande como lo fue Roadrunner a principios de los 90s, este disco no murió en el underground y pudo escalar gradualmente a las masas de esos tiempos.

Suffocation tiene otros trabajos incluso mejores que este, pero es imposible, utópico no darle relevancia a un álbum que dio inicio a un subgénero, a un disco que abrió miles de mentes, a un trabajo que cubre todos los casilleros de los años 90s.

En el Olimpo también hay efigies de los olvidados, y por suerte Suffocation tiene su lugar de honor.

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