Cemetary – La Amarga Semilla

En La Séptima Puerta de hoy, nos vamos a Suecia a 1994, al disco “Black Vanity” de la banda Cemetary.

Tercer disco para  Mathias Lodmalm y su banda donde tendrán un cambio de sonido, en este material nos presentan una veta más gothic/doom, recordemos que en esa época el doom estaba en auge gracias a la popularidad con la que ya contaban bandas como Paradise Lost, Tiamat, My Dying Bride entre otras.

La historia de la banda empieza en 1989, tiempo después firmaron un contrato con Black Mark Production y comenzaron a grabar su álbum debut, “An Evil Shade of Grey”, que fue lanzado en 1992 donde revelaban un old school y rabioso death metal, pero su sonido irá cambiando a través del tiempo.

Le seguirían cuatro álbumes más antes de que su líder Mathias Lodmalm sintiera que había llegado el momento maduro para algo nuevo y fue cuando Cemetary se disolvió  en 1997 con “Last Confessions”.
Los cambios de line up fueron una constante en la banda, de hecho en este “Black Vanity”
solo Lodmalm permaneció como miembro original.

“Last confessions” 1997 será el último disco que presentaron. Ente esos años, Mathias tendrá otros proyectos con idas y vueltas hasta el año 2001 en el que comenzó el trabajo en un nuevo álbum de Cemetary.
Este trabajo concluyó cuatro años después, a principios de 2005, cuando se lanzó “Phantasma”. Mathias acabó con la banda y abandonó la escena el 26 de mayo de 2005, según un comunicado oficial en su anterior sitio web.
Luego, anunció su regreso al metal en 2013 con su nueva banda Lords of Saturn.

En este álbum van a conjugar una mezcla doom, con elementos góticos, y con mucha atmósfera, voces femeninas (como era ya un sello de la época), teclados y elementos heavies.
 «The Hunger of the Innocent»y «Ebony Rain» en especial, tienen esa hermosa penunmbra, esos paisajes melancólicos, un halo de dolor y pasión los rodea, los highlights de oscuridad.
Pero, por otro lado tienen «Sweet Tragedy», «Scarecrow» y “Bitter Seed” donde está mezcla gótica, dark y  heavy en la justa medida para engancharte con unas melodías rodeadas de negrura pero dinámicas y pegadizas.
Y me veo obligada a destacar la pasión en la voz de Mathias, esos gritos entonados y desgarrados que junto a sus fraseos, acompañan cada tema con una pasión inmensa.

Un material de transición, y un disco que quizás no quedó en la memoria como sus anteriores, pero con destacable valor por asumir el cambio y lo que significaba para una banda que luego quizás pasó desapercibida.

Y si la música nos transporta, revivo perfectamente el momento de dar vuelta el cassette en mi walkman para escuchar a estos suecos del otro lado del mundo.
La magia de la música, la magia de sentir.

Line Up:

Mathias Lodmalm – voz guitarras
Anders Iwers – guitarras
Tomas Josefsson – bajo
Markus Nordberg – batería

Foto: https://www.nordicmetal.net/