PANTERA: 31 Años de los Vaqueros del Infierno

¿Cómo podemos dejar de ver este disco, el quinto en la carrera de Pantera, como un quiebre imponente en la carrera de estos tipos? Es estúpido obviar el hecho de como se pasa de un sonido bordeando el glam comercial, y teniendo como antecedente el «Power Metal» de 1988 que aunque muchos critiquen, es un buen disco solo que es el nadir en comparación a lo que se tiene comúnmente como el concepto «Esto es Pantera!».

¿Qué fue lo que impulso este cambio? ¿Cuál fue el motor de este volantazo tremendo en cuanto a lo musical? ¿Las drogas estaban produciendo efectos distintos? ¿Haber salido de un sello propio, medio pelo y entrar en Atco Records tuvo semejantes repercusiones o no tuvo nada que ver? Estas son algunas de las cuestiones que incluso pasados los años, es difícil desarmar. Ya que 2 de sus integrantes no están en este plano existencial, y el otro 50% del grupo está en caminos distintos por más que hayan hablado de una posible reunión.

Rex Brown, bajista de Pantera comenta sobre como se fue dando el cambio:
«…Mientras escribíamos las canciones para Cowboys from Hell, escuchábamos Metallica, Slayer, Mercyful Fate y Minor Threat, y eso cambió nuestro sonido, Esa fue la clave para nuestro cambio!. Para entonces teníamos tantos seguidores en Texas que podíamos tocar un set por noche y atraer a 2,000 personas. Como ya no teníamos que tocar seis shows por noche, teníamos más tiempo para pasar en el estudio de Abbotts [Pantego Sound], y nos convertimos en perfeccionistas totales.

Vinnie grabaría todas las baterías, luego Dime tocaría la guitarra. Pondríamos el bajo al final. Apagamos todos los canales de batería y yo simplemente toqué con la pista de Dime. Eso se conoció como el microscopio. Si algo no funcionaba, agarrábamos una hoja de afeitar y cortábamos y empalmamos la cinta. Entonces no teníamos Pro Tools. Y eso es lo que creó nuestro sonido característico, donde la guitarra y el bajo son perfectos.»

En palabras del propio Phil Anselmo, vocalista de Pantera podemos iniciar el como surgió este álbum:
«Nosotros sólo escuchábamos el sonido de la guitarra de Dimebag, y por aquel entonces, la producción de un álbum era muy diferente a la de ahora. No había Pro Tools, no había trucos de computadora, ni todas esas mierdas mágicas. Sólo el corte orgánico. La guitarra de Dimebag siempre sonó muy heavy, pero lo cierto es que necesitamos a Terry Date (Productor del Álbum) para acabar de definir el sonido que queríamos para la guitarra. Cuando lo lograron, supimos que habíamos cambiado el sonido del heavy metal. Lo habíamos llevado a otra dimensión”.

La decisión clave fue comenzar a trabajar con el icónico Terry Date, productor principal que un año antes, en 1989, produjo los discos de bandas como Soundgarden, Overkill, Metal Church, Dream Theater, siendo que Terry no fue la primera opción por el conjunto, ya que habían elegido a Max Norman (quien produjo el «Diary of a Madman» de Ozzy). Este vínculo con Date perduró hasta el «The Great Southern Trendkill».


La influencia de Terry Date fue tal que brindó herramientas claves a Dimebag quien puedo sacar ese «sonido Pantera«, tomando como ejemplo al guitarrista Bobby Gustafson en su trabajo con los legendarios Overkill, quienes trabajaron con Date en el discazo «The Years of Decay».

Todo estaba puesto sobre la mesa, faltaba ensamblar, escribir y grabar lo que fue un disco que a todos los músicos les pasó por arriba cual aplanadora:
«…me pareció que había en el disco cosas demasiado simples, estúpidas o fáciles. Aunque está claro que había buenos temas, sabía que el grupo sonaba conjuntado. Pero la verdad es que no sabía ‘el resto’… Pero ahora, cuando lo escucho con todo el feedback que hemos tenido, pienso de otra manera. Lo que creía que era simple o estúpido, no lo es. Lo que creía que era fácil, no lo es. Esos tres locos son los tres hijos de puta más duros con los que he tocado jamás. Pantera era la banda más dura y compacta con la que he tocado. Cuando lo escucho ahora, me parece increíble”. comenta Anselmo.

Luego de que Dimebag rechazara la oferta laboral de Dave Mustaine para unirse a Megadeth, la maquinaria infernal tomaría forma y dejaría uno de los mejores discos de la década del 90, tanto así que sigue marcando con firmeza la huella.

EL DISCO

Con a penas 20 segundos uno ya descubre que ese sonido de guitarra es literalmente una cuchilla afilada en los oídos, dando play al tema inicial «Cowboy from Hell». El riff sumamente pegajoso, por momentos con tiempos no brutales, pero que cuyo sonido acapara todo sin medida alguna.
El paso del glam al thrash groovero ya nos pega en la frente con ese pique clásico con el cual termina y el grito de Anselmo «Step aside for the Cowboys from Hell!»

«Primal Concrete Sledge» que te corta los tímpanos, las cuerdas se roban toda la atención y la bajada rítmica es de otro contexto, haciendo del tema una pieza repleta de mala onda, la escuchas y te genera cara de enojado. Muy positivo para haber sido escrita en solo 10 minutos.


Le sigue «Psycho Holiday» creado como una broma entre Brown y Anselmo, siendo el primero que le escribió una nota a Anselmo para que descansara un poco de tanto stress y drogas, que se tomara unas «Vacaciones Psicópatas«. Se nota la influencia sureña, los tonos vocales son asombrosos, y la melodía siendo más clásica, sin ser destripadora.

Ya la cosa sube de intensidad con el potente track «Heresy» que es abrumador, de los temas mas violentos de Pantera. Thrash Groove por donde se lo mire, mostrando las virtudes de un vocalista menospreciado y al cual solo se le hace referencia por su actitud en el escenario, siendo que mucha gente compra el personaje y no el arte. El tema es una bomba de energía, sin peros.


El disco también cuenta con otras piezas potentes como «Message in Blood», «The Arte of Shredding» y «Shattered» con ese ritmo thrasher modernizado, llevado a otro plano, una evolución entre Anthrax, Exodus y Overkill.

Es probable que este disco pase a la posteridad también por contener uno de los temas representantes de Pantera, que en cuyas líricas toca temas emocionales de un lado realista, no fantasioso, por sobre todo sobre el suicidio. De eso trata el clásico «Cemetary Gates«, dos amigos cercanos a la banda y en especial a Anselmo, optaron por terminar sus días en pocos tiempo de diferencia previo a ser grabado este disco.


Otra particularidad es el consejo del fallecido Chris Cornell (Soundgarden) para que antes de interpretar los pasajes limpios, tomaran vino Oporto que le dio su tono áspero, quedando de forma excelente para una pieza imposible de pasar por alto.

Sin ser el mejor disco de Pantera, este disco fue el puntapié a nueva banda, y a una nueva generación, Dimebag Darrell explotando en riff y solos de otro planeta para ese entonces, los quiebres de Vinnie Paul sin abusar de su repertorio, Brown acompañando sin ser desprolijo y Anselmo mostrando su registro; todo esto forjó que Pantera este incuestionablemente en nuestro Olimpo.

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