Top 5 Black Metal de los 90´s (Primera Parte)

En este Top 5 Black metal muy particular, Attila elige sus discos favoritos del género de cada año desde 1990 hasta 1994.

Cuando se habla de top se habla de algo exclusivo, algo que va más allá de la media normal en promedio. Por eso en este emblemático equipo incansable de sibaritas del Heavy Metal, nos ponemos nuevos límites, nuevos horizontes para brindarle a usted querido/a lector/a, conceptos claros, ideas claras, formas concretas de poder entender y abrazar nuevas opiniones sobre antiguos tópicos.

En esta ocasión este top 5 tiene una distinción superior ya que como bien dice el título es el top 5 de discos Black Metal en los 90’s, por lo cual le proponemos a ustedes hacer de esto un top en 2 partes: la primera de 1990 a 1994 y la segunda desde 1995 hasta 1999. Ya que este amado subgénero del Metal, a cuestión personal, contiene ambigüedades tales como hermetismo hasta apertura espiritual, desde sonido sumamente desagradable hasta producciones de élite, desde mainstream hasta el más profundo underground. Por eso opté por hacerlo de forma cuidada y sería, con las gajeas de humor que nos pueden caracterizar por lo bajo.

«Lo más importante que debes entender, si estás tratando de aprender cuál es la esencia del black metal, es que se define esencialmente por un sentimiento. No es cómo se ve el logo, ni la producción, aunque eso puede ser un elemento, y no necesariamente la velocidad» Satyr.

1990 – Blasphemy – «Fallen Angel of Doom…»

Fecha: 1/8/1990
Sello: Wild Rags Recs.
Nota: El arte de disco NO fue hecha por Chris Moyen

Incluso para incautos y descolocados, puede sonar extraño empezar por un conjunto que nada tiene de Nórdico, ni en la formación ni en el origen de Blasphemy siendo ellos canadienses. Es necesario volver a reafirmar que el Black Metal como lo conocemos en la actualidad, es cuestionable que sea forjado en Noruega, pero eso es una discusión aparte. Este álbum, el debut de los liderados por Gerry Buhl, es una muestra violenta de sonido y emociones vehementes.

La crudeza de este trabajo supera ampliamente la escuchada en esas latitudes, aunque ciertamente influenciado por pilares como Beherit ó incluso algún detalle a lo Hellhammer. Puede ser un trabajo difícil de digerir en pleno 2021, pero para nada despreciable, incluso por el cúmulo de clichés que puede disfrazar este conjunto.

1991 – Master’s Hammer – «Ritual»

Fecha: 2/1991
Sello: Monitor
Nota: El comienzo de «Geniové» incorpora el tema principal de la película de 1964 Fantômas.

Banda la cual no tuvo el renombre que merecía, lo cual hizo que está placa sea guardada en el cajón de muchos fans, siendo esto un misterio sin resolver, ya que el disco es formidable! Podemos hasta afirmar que es avanzado en su tiempo por el uso notable de las melodías con tintes lúgubres y densas, los vocales más podridos que por momentos tienen la esencia de Attila Cshiar.

Es menester remarcar que este álbum cuenta con temas ya existentes en previos materiales, pero que aquí fueron reversionados, mejorados en su sonido primario y llevados a una armonía mayor. La cantidad de riffs que fueron saqueados de este disco por modernas bandas es abrumadora, basta con escuchar el track «Černá svatozář» para darse cuenta (recomiendo ampliamente ver el videoclip de dicha canción, las expresiones faciales son una delicia!).

Quizás el hecho de ser originarios de República Checa no sumó a su popularidad, pero se debería tenerlos en cuenta por esto y por haber conseguido un disco fuente de inspiración.

1992 – Immortal – «Diabolical Fullmoon Mysticism»

Fecha: 1/7/1992
Sello: Osmose Productions
Nota: El único álbum que presenta a Armagedda en la batería.

Brillante, mágico y frío. Esos son algunos de los conceptos que se encuentran al escuchar este estupendo debut de uno de los monolíticos del género.


Podemos notar con mucha claridad que este disco tiene base en el sonido Raw, pero que la carga melódica es tan abrumadora que rápidamente se pegan en nuestro cerebro. Es imposible no tener un gusano musical con el hermoso «The Call of the Wintermoon» más allá del hilarante videoclip el cual seguramente fue realizado bajo los efectos de sustancias o incluso de hongos cual Amanita Muscaria.

Los riff se van tornando cada vez más oscuros y melancólicos, la distorsión supera la calma, los vocales de Abbath son totalmente desagradables (positivamente) y que no logran hacer nada más que atraparnos en este viaje cargado por el sentir más primitivo y gélido de Immortal.

Pasados los años se fueron puliendo y logrando mayor estructura en sus composiciones, pero siempre es bueno recordar el comienzo de todo. Siendo este un disco que quizás no sea el primero que se nos venga a la mente al hablar de Immortal, fue el mejor de 1992.

1993 – Darkthrone – «Under a Funeral Moon»

Fecha: 15/2/1993
Sello: Peaceville Records
Nota: Este es el último álbum que presenta al guitarrista Zephyrous.

Si de sonido Raw hablamos, este es uno de los máximos exponentes, por años luz, de lo que es un álbum sumamente rígido, inexpugnable y brutal.


A distinción del anterior álbum «A Blaze in the Northern sky» que contenía algunos leves niveles de Death Metal en las guitarras, este disco es 100% Black.

Sumamente complejo para el momento y en la actualidad casi pasado de largo, este álbum fue el click, el quiebre definitivo hacia la nueva forma musical de Nocturno Culto y Fenriz, contando con estupendas piezas como «Natassja in Eternal Sleep» con su riff inicial casi hipnótico, la marcada «The Dance of the Eternal shadow» lenta, que nos ahoga cada vez más con ese sonido sucio, abominable, hasta la explosión veloz que nos abruma.

Siendo un cuestionador de la actual postura de Darkthrone, no puedo negar que este trabajo está entre las placas más oscuras y siniestras del género. Maldad pura.

1994 – Samael – «Ceremonies of Opposities»

Fecha: 18/2/1994
Sello: Century Media
Nota: Este disco se grabó en apenas doce días en Woodhouse Studio, y se mezcló en apenas uno.

La Joya de la Corona para Samael, disco que es incuestionable e imperdonable no tener para aquellos cultores de este estilo musical. Atrapante, de sonido estupendo, con melodías fácilmente aceptadas por nuestros sentidos como en «Celebration of the Fourth» en cuyo transcurso se nos muestran distintos caminos pero con el aura oscura, maligna.

Este álbum no cuenta con temas de velocidad abusiva, ni explosiones de ritmos totalmente extremos, sino que está enfocado a tiempos medios y a su vez, endulzar al espectador con los tenebrosos riff y piques de teclados como en «Baphomet’s Throne» (difícil que nadie que haya escuchado este tema no grite «upon Baphomet’s Throne!»), tema pegadizo con cierto groove en las guitarras que son encantadoras.

Tengo recuerdos de mi primer contacto con este álbum a fines de los 90s, siendo un mozalbete sin kilos, y escuchar el track final homónimo al disco, recuerdo que me trajo imágenes sobre películas de horror… imágenes perturbadoras para un ignoto adolescente.

Siendo 1994 por lejos el más complejo, puesto que hay trabajos supremos en dicho año, como «in the Nightside Eclipse» (Emperor), «Hvis Lyset Tar Oss» (Burzum), «De Mysteriis Dom Sathanas» (Mayhem) o incluso «Opus Nocturne» (Marduk), opté por un disco que es notoriamente distinto a los mencionados, su melódica es encantadora, única.

En la próxima entrega, abordaremos desde 1995 hasta 1999.

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