PESTILENCE: poca potencia poca vibra

La vara estaba alta a niveles de composición para los liderados por Patrick Mameli conforme a lo escuchado en su último trabajo del 2018 «Hadeon» que lastimosamente pasó sin mucha gloria y algo de pena, en una intención de volver al sonido de antaño que puso a Pestilence en un lugar de preferencia en cuanto a Death Metal Progresivo.

En esta ocasión nos brindan un trabajo que apuesta claramente al lado tecnológico, a plasmar imágenes biomecánicas, elementos industriales muy bien ejecutados pero con un poco de carencia en la parte de potencia. No malinterprete querido/a lector, si bien guarda sus notas del Old School, estas no tienen las mismas cargas de energía que trabajos anteriores, lo cual, al oyente clásico le puede resultar extraño y al fan de lo técnico no le pueda llegar a colmar sus expectativas por completo.

El álbum comienza con la espacial siniestra intro «In Omnibvs» dando paso al tema «Morbvs Propagationem» de corte veloz, con un notorio swing en sus cuerdas, y por momentos la potencia es elevada, pero no llega a tener un sonido sumamente aplastante. Es muy cuidado, muy detallado, nítido y hasta por momentos demasiado nítido. Si por ejemplo la misma estructura de este track como de por ejemplo «Pericvlvm Externvm» tuvieran una postura «Polaca» en su percusión, sería muy disfrutable, la batería suena quizás hasta demasiado progresiva quitándole el punch y bajando la fuerza.

«Deificvs» con algunos ticks similares a Death y elementos pomposos como Dimmu Borgir que no sé si son del todo correctos, porque bajan la efervescencia del track. Por otro lado hay piezas que calzan perfectamente a esta forma, este método progresivo/old school (puede sonarle extraño este término, pero créame que tiene pinceladas de ambos niveles sin irse al extremo en los dos), como en «Sempiternvs» con los riff finales tirando a un Morbid Angel pero con la velocidad acorde, medida incluso en las partes más grooveras.

Otra pieza a destacar es «Dominatvi Sbvmissa» con el cambio de ritmos marcados y las guitarras sonando más malotas, más pesadas de lo que veníamos escuchando, y con su machaque aceptable. El punto flojo del disco es la notoria falta de sorpresa, queda a medio camino en un limbo de no apostar a un sonido más amplio, y por momentos los vocales se vuelven demasiado cargados y lineales, aparte de que varios tracks tienen el mismo formato en su inicio (sonidos de films de sci-fi, espacio, esa corriente).

No es un disco que te vuele la peluca si te gusta el progresivo técnico, no es un disco que te deje de boca abierta si te gusta vibrar con el Old School Death Metal. Al final, una verdadera pena, ya que no termina de convencer, logrando que ahora mismo vaya a escuchar «Testimony of the Ancients» en vez de volver a escuchar este nuevo disco de Pestilence.

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