SATYRICON – A 25 años del armageddon del norte

Nada puede ser más directo que el grito «This is Armageddon!», Vociferacion con la que se inicia este brillante álbum de los Noruegos Satyricon, que para la prensa especializada, es el mejor de su carrera.

Podemos poner en discusión para aquellos que tenemos las dulces melodías del Black Metal grabadas a fuego dentro de nuestro ser, que luego de este disco, todo cambio. Ya sea por parte de Satyricon como del género a nivel regional.

Se pudo ver una creciente ramificación quizás motivada por la nitidez que enmarca este, el 3°disco de estudio de los originarios de Oslo, y la abrumadora diferencia que hay entre «Dark Medieval Times» / «The Shadowthrone» y el disco que está celebrando 1/4 de siglo. No solo se pueden apreciar en lo macro, sino enfocado netamente a la estructura de cada pieza, con una suba en progresión, sonido sumamente envolvente y con delicadezas armoniosas hechas en el momento exacto en el cual una banda tenía que dar ese paso, ese quiebre en su raíz y lograr salir con fulgor hacia otros rumbos sin dejarse engañar por la oscuridad, sin darse por sentado de que todo estaba hecho.

Este trabajo guarda secretos épicos, magníficos, ambientes antiguos y tenebrosos que solo podían ser producto de una mente fuera de lo «común» como la del gigante Sigurd Wongraven conocido como Satyr, quien es el Padre de esta obra maestra.

El disco comienza con vehemencia, con furia, «The Dawn of a New Age» con su obertura épica y los teclados que sutiles se presentan hasta la estampida del otro legendario miembro de Satyricon, el carismático Frost, que en comparación a otras obras, está notoriamente dosificado, mostrando amplia gama de virtudes tras los tambores. Vale mencionar el cambio en las cuerdas que sufrió la banda, con la salida de Samoth (Thomas para los amigos, guitarrista de la perfecta banda Emperor) dando lugar a Nocturno Culto, quien, para el ó la joven que está iniciando los pasos en este turbio sendero, mencionamos que es el guitarrista da Darkthrone. Este cambio, tuvo su influencia en la composición pero sin dejar de ser la palabra de Satyr la última, la que daba el ok final.

«Forhekset» (embrujado en castellano) nos lleva años atrás a los comienzos más oscuros del género, pero adjuntando teclados de forma estupenda, sin abrumar al oyente, haciendo de este tema un viaje de emociones casi constante y con uno de los riff más hipnóticos del disco. Así también como en el otro track titulado en Nórdico «Du Sum Hater Gud» (vos que odias a Dios) con su endulzante melodía, fría, gélida.

La abertura progresiva, la breve muestra de los futuros caminos a tomar por el grupo se puede ver en «Immortality Passion» alejándose cada vez más de la monotonía, y mostrando atributos no explotados en antiguas versiones del conjunto.

«Nemesis Divina» caótica, e incluso par de tonos arriba en cuanto energía y potencia en comparación con otros tracks de la misma placa, también la hacen digna de mención.

Para cerrar es necesario excluir a un tema de este disco, ya todos sabemos cuál es. Esa canción a de ser de las mejores interpretaciones de Metal Extremo que haya escuchado en mi vida, siendo (modestia aparte) enfermo cultor de esta corriente.

«Mother North» es perfecta, es el diamante negro que brilla por encima del resto de las joyas de este tesoro que lanzó Satyricon. Es imposible no ser uno con el frío que emite está canción, es utópico no mover la cabeza y/o los pies escuchándolo, o incluso viendo el estupendo videoclip que cada tanto se podía ver en headbangers MTV, más allá de la hermosa actriz en paños menores.

Todavía tengo el recuerdo de verlos en vivo en Montevideo, haciendo está canción y literalmente fue un deseo hecho realidad.

Celebremos que hace 25 años Satyr y Frost lograban mostrar al mundo un nuevo camino que hermanaba la calidad con la oscuridad, que trató de unificar la potencia con la producción, y que como resultado de esto, «Nemesis Divina» está en el Olimpo, no solo del Black Metal sino del Heavy Metal en toda su Historia.

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